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Pandemia
Extreman precauciones los usuarios del AICM para prevenir contagios
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de abril de 2020, p. 8

A medida que aumentan los contagios con SARS-CoV-2 (Covid-19) en el país y en el mundo, los usuarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) extreman medidas de prevención.

Ahora, a algunos no les basta usar cubrebocas, sino que también usan guantes de látex, botas quirúrgicas, doble cubrebocas, caretas transparentes que cubren todo el rostro y lentes para snorquelear.

Cualquier medida precautoria no está demás, dijo en entrevista un usuario que junto con su esposa fue a la Terminal 1 por su hijo, quien regresó ayer de Salt Lake City, Estados Unidos. En un aeropuerto medio vacío, la pareja señaló que le llevaron una muda de ropa a su hijo para que se cambiara ahí mismo.

“Traemos ropa para cambiarlo inmediatamente. Tenemos un kit de desinfección: Lysol kit, agua con jabón, cloro, gel antibacterial, toallitas sanitarias, guantes. Se va a desinfectar, rociar con el agua con jabón, se pondrá ropa nueva y guantes.”

Ambos consideraron que las medidas preventivas nunca sobran, sobre todo porque consideran que el gobierno no está hablando con la verdad en cuanto a la magnitud del contagio y los decesos; precisaron que ellos llevan dos semanas de cuarentena y sólo salieron para ir por su hijo a la terminal, quien, aunque labora en Estados Unidos, por la situación realiza ahora teletrabajo y lo seguirá haciendo desde México.

En las terminales aéreas cada vez se ve menos gente, así lo indicaron dependientes de las tiendas que aún permanecen abiertas en el AICM. Comentaron a este medio que la clientela se ha reducido, quizás más de 60 por ciento. Por ello diversos negocios ya están cerrados.

En un recorrido, se constató que ya no atienden algunos de los restaurantes Wings, y lo mismo con los Miniso. Librerías Educal, Totto, Pasión Café, Nescafé, Dorothy Gaynor, entre varios otros, ya no dan servicio; incluso este último sacó su mercancía del lugar. Las casas de cambio, las taquillas de empresas que dan servicio de taxi siguen atendiendo, pero muy poca gente demanda sus servicios.

Algunos negocios de comida que siguen despachando hicieron adecuaciones y quitaron mesas para que los comensales no estén cercanos entre sí y de esa forma disminuir la posibilidad de contagio.

En las pantallas donde se anuncian las llegadas y salidas, ya no se veían vuelos cancelados, como la semana pasada, uno que otro retrasado, y muy pocas llegadas internacionales, debido al cierre de fronteras. La baja de pasajeros también se deja sentir en los estacionamientos de las terminales, ya no es necesario dar vueltas y vueltas para encontrar un lugar: ahora sobran.

Los maleteros, muchos de ellos adultos mayores, siguen a la espera de clientes. Allí seguirán porque viven de las propinas, comentaron. Qué vamos a hacer, no somos asalariados, nadie nos va a depositar, tenemos que trabajar o no comemos.

En los taxis autorizados la imagen era la misma, numerosas unidades estacionadas en espera de clientes. Algunos lavan escrupulosamente sus vehículos, una y otra vez. Matando el tiempo, y para que los pasajeros no crean que se arriesgan al subir a los carros, los desinfectamos y lavamos, pero los clientes casi no llegan.