Domingo 5 de abril de 2020, p. a11
Aplazar los Juegos Olímpicos para 2021 fue inevitable. Ante la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, los organizadores, federaciones y atletas abrieron la válvula de presión ante un panorama cada vez más complejo. Sin embargo, ampliar un año su realización, abre otro escenario con problemas que atañen a planear un nuevo periodo de gastos financieros y de preparación que no estaban contemplados en ningún frente, considera el presidente de la Federación Mexicana de Boxeo, Ricardo Contreras.
Las autoridades japonesas estaban atormentadas por la emergencia sanitaria que se expandía por todo el mundo y cada vez era más frecuente ver a atletas que improvisaban formas, algunas disparatadas, para entrenarse para los Juegos de este verano en 2020. La situación se tornó insostenible.
Todos estamos viviendo un episodio raro
, explica Contreras; en el deporte olímpico, concretamente, nunca se tuvo considerada la posibilidad de que se trastocara el panorama: ahora estamos en un limbo deportivo
.
Los planes de preparación se trabajan durante ciclos largos, en los que cada entrenador establece tiempos y ritmos para llevar a sus atletas en el mejor momento competitivo. Esto incluye mover también torneos que ya estaban programados al margen de los Juegos Olímpicos. Frenar y volver a planear un año, no es cosa fácil.
Ni siquiera sabemos dónde se va a realizar el preolímpico, pues Argentina canceló su sede
, señala Contreras; nosotros lo habíamos solicitado, pero no sabemos dónde ni cuándo serán esas eliminatorias, ante este limbo, los entrenadores están en una situación muy incierta para volver a diseñar planes de preparación y extenderlos un año más.
A esto –agrega Contreras– se debe sumar el problema con los fondos financieros para hacer frente a los gastos no planeados de un año más. Si el presupuesto culminaba en la cita del verano de 2020 en Tokio, ahora deben alargarlo doce meses más.