Urge otro modelo de desarrollo // Salud y bienestar, prioridades
os organismos financieros internacionales se la han pasado justificando las crisis neoliberales (la de ahora y las de antes), el raquítico crecimiento económico, la brutal concentración de la riqueza y el ingreso, y demás resultados de las políticas por ellos dictadas a los serviles gobiernos de buena parte del planeta.
Crisis tras crisis, esos organismos (FMI y Banco Mundial, principalmente, y los gobiernos a los que sirven) ni de lejos han aportado salidas efectivas y duraderas para que la economía global funcione y beneficie a todos. Por el contrario, su recetario siempre ha sido el mismo: ajustes
, reformas estructurales
, modernizaciones
(siempre orientadas a destrozar al sector social) y profunda aversión a la presencia e intervención del Estado (salvo para rescatar
y subsidiar a los grandes corporativos, y privilegiar a los grupos de poder empresarial, siempre ligados al poder político, o viceversa), para terminar en el mismo sitio: otra crisis.
Por ello, vale atender las advertencias que hace la Cepal, por medio de su secretaria general, la mexicana Alicia Bárcena (en un texto divulgado ayer), sobre la emergencia sanitaria que enfrenta la humanidad, siempre con el objetivo de que las decisiones de política pública han de estar en la salvaguarda de uno de los bienes públicos globales más preciados: la salud y el bienestar de las personas
, por mucho que la pandemia conlleve implicaciones económicas profundas.
Subraya Bárcena que la historia registra el paso devastador de grandes pandemias, pero ninguna (como la del Covid-19) irrumpió en un mundo tan poblado (más de 7 mil 700 millones de personas) e interconectado y con un planeta ambientalmente enfermo. Es la mayor crisis humana y de salud que hemos encarado. Su abordaje efectivo ha de mantener esta afirmación (la salud y el bienestar de las personas) como brújula central
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El escenario que enfrenta la humanidad es más que complicado. El embate del Covid-19 nos encontró en mal momento. Para el mundo, el año pasado, 2019, había registrado el peor desempeño económico de la última década, y para América Latina y el Caribe resultó aún más dramático. Para encontrar crecimientos peores a los que la región registró en los pasados siete años hay que remontarse siete décadas. Hoy, una aproximación conservadora, con datos que se van consolidando, nos dice que en 2020 América Latina y el Caribe registrarán una caída de -1.8 por ciento con probables sesgos a la baja
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Esta crisis nos encuentra con sistemas de salud fragmentados y sin cobertura universal, donde más de 47 por ciento de la población no tiene acceso a la seguridad social. Una crisis que se encarniza especialmente con los 58 millones de mayores de 65 años en nuestra región. El desafío es enorme y obliga a renovar la caja de herramientas
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Bárcena subraya que en la actual situación no se puede desconocer que se necesita un estímulo fiscal masivo para, entre los varios desafíos, apuntalar los servicios de salud y proteger los ingresos y los empleos. Hoy no se puede interrumpir la provisión de bienes esenciales y debe garantizarse el acceso universal al testeo de Covid-19 y al cuidado médico de todos quienes lo requieren. Es un imperativo ineludible
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Y ese estímulo fiscal debe ser el financiamiento de los sistemas de protección social para los sectores más vulnerables. Desplegar programas no contributivos como las transferencias directas, recursos suficientes para los fondos de desempleo, beneficios a subempleados y trabajadores por cuenta propia
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Bárcena puntualiza que la nueva crisis ha expuesto la fragilidad de esta globalización y del modelo de desarrollo en el que se sostenía, pero entraña el potencial de transformar la geopolítica de la globalización, al tiempo que abre el espacio necesario para debatir sobre un nuevo, sostenible e igualitario modelo de desarrollo
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Las rebanadas del pastel
Ayer, el barril mexicano de exportación se vendió a 10.76 dólares, muy cerca ya del mínimo histórico (7.01 billetes verdes) del 10 de diciembre de 1998.