El tipo de cambio se depreció 26.20%
Miércoles 1º de abril de 2020, p. 26
El tipo de cambio interbancario terminó el primer trimestre de 2020 con una depreciación acumulada de 26.20 por ciento ante el dólar; en tanto, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) arrastró una caída de 20.64 por ciento. Ambos desplomes trimestrales no se veían desde 1995, cuando el país atravesaba por una crisis económica mejor conocida como efecto tequila.
De acuerdo con analistas, ambos indicadores se han visto fuertemente afectados por la incertidumbre global que ha causado en los mercados el impacto económico que provocará la pandemia del Covid-19, cuyos casos de infección, al igual que los fallecimientos, siguen en aumento y aún no hay vacuna.
El peso mexicano cerró la sesión de ayer con una apreciación de 1.37 por ciento o de 33 centavos, al ubicarse en 23.79 unidades por dólar. Lo anterior no impidió que en sólo tres meses la moneda perdiera más de un cuarto de su valor respecto del billete verde.
La depreciación trimestral del peso superó la del cuarto trimestre de 2008, cuando fue de 25.01 por ciento, siendo la más alta desde el primer trimestre de 1995, cuando el peso registró una caída de 33.10 por ciento.
Para Jorge Gordillo, director de Análisis Económico y Bursátil de CI Banco, debido a la pandemia los peores momentos del tipo de cambio serán entre marzo y abril, y su recuperación dependerá de la reactivación económica en México y Estados Unidos tras la contingencia.
Otro factor importante que dará aire a la moneda mexicana, dijo el especialista, será la recuperación del precio del petróleo.
Mercado bursátil
La BMV cerró la jornada de ayer con una ganancia de 1.04 por ciento, luego de que su principal indicador, el S&P/BMV IPC se colocara en 34 mil 554 unidades.
Pese a esta marginal ganancia, la institución bursátil anotó su peor trimestre desde 1995, esto luego de que registrara una caída acumulada de 20.64 por ciento como consecuencia de los impactos de la pandemia del Covid-19.
Para Jimena Colín, analista bursátil de Monex, este efecto es producto de las expectativas que se tienen en cuanto al impacto económico global de la pandemia, que ha hecho que los mercados financieros mundiales experimenten niveles de volatilidad comparables con los observados durante la crisis financiera de 2008, con pérdidas intradía no vistas desde 1987.