l subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, confirmó ayer que México ya se encuentra en la fase dos de propagación del Covid-19, es decir, que la transmisión del virus ya no se da sólo en personas (nacionales o extranjeras) provenientes de otros países, sino que hay casos de contagio local sin relación con el exterior.
Esta evolución, prevista desde que se reportaron los primeros casos del coronavirus en territorio nacional, implica que el seguimiento y aislamiento de casos específicos deja de ser el instrumento principal de control de la propagación, y dicho énfasis se desplaza a medidas generalizadas de distanciamiento físico.
Esta separación implica la adopción de medidas como las que ya se pusieron en marcha en la Ciudad de México, el estado de México y otras entidades: la cancelación o suspensión de actos masivos, el cierre temporal de establecimientos comerciales no esenciales, la implementación de modalidades de teletrabajo en las actividades que lo permitan, y el desarrollo de estrategias para reducir la exposición al riesgo de la población más vulnerable (personas de la tercera edad y quienes padecen enfermedades crónicas como males cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes y tabaquismo).
Es importante destacar que México ingresa en esta segunda fase muy lejos del escenario de propagación acelerada que encaran Italia, España o el mismo Estados Unidos, por lo que existen condiciones para contener el crecimiento descontrolado en el número de casos, si bien resulta inevitable que se incrementen en las próximas semanas.
De lo anterior se desprende que, pese a la insistencia de algunos sectores para que se tomen medidas más drásticas, no es adecuado trasladar a México de manera mecánica las modalidades de combate epidemiológico seguidas por dichas naciones en los días recientes, ni las que tomen en el futuro inmediato.
Asimismo, es necesario reiterar el llamado a no caer en el sensacionalismos ni en conductas de pánico, las cuales no sólo son de muy escasa ayuda para frenar el contagio, sino que pueden resultar contraproducentes.
A este efecto, lo más pertinente es que el público se mantenga informado a través de las vías institucionales tanto mexicanas como globales, ejemplos de las cuales son los sitios de Internet habilitados por el gobierno federal, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Organización Mundial de la Salud.
En suma, para encarar con éxito la nueva fase de transmisión de la pandemia de coronavirus resultará decisivo que cada ciudadano actúe con responsabilidad y solidaridad en el ámbito de sus competencias, y los medios practiquen su deber informativo con la mesura necesaria para evitar que los males causados por la pandemia en la salud de la población y en la economía se multipliquen y agraven por el miedo irracional y sin fundamentos.