El francés falleció de un ataque al corazón, aclaró su familia
Se fue mientras dormía, indicó su yerno a la prensa.Foto Ap
Miércoles 25 de marzo de 2020, p. 3
París. El caricaturista Albert Uderzo, uno de los dos creadores del entrañable personaje de libros de historietas Astérix, que capturó el espíritu de los galos de antaño y adquirió reconocimiento mundial, murió este martes a los 92 años.
Sus familiares aclararon que sufrió un ataque cardiaco en el suburbio de Neuilly, a las afueras de París, sin relación con la epidemia de coronavirus. Su yerno, Bernard de Choisy, indicó a la prensa francesa que Albert se fue mientras dormía. Se había sentido muy cansado durante varias semanas
.
Nacido el 25 de abril de 1927 en Fismes (Marne), Uderzo comenzó su carrera en la editorial parisina SPE. Allí aprendió los conceptos básicos de la profesión del dibujo y conoció a Edmond Calvo, quien se convirtió en su mentor. En 1941 Uderzo publicó su primer dibujo: una ilustración de Le Corbeau et le Renard en el suplemento Boum.
Cinco años después ganó un concurso que le permitió ser publicado por Éditions Du Chêne, gracias a una colección de gags con un nuevo personaje: Clopinard. Este premio le abrió varias puertas y le permitió trabajar en diversos semanarios antes de su gran éxito.
El guionista y editor René Goscinny conoció a Uderzo en 1951 y comenzaron su aventura en el mundo de los cómics con el personaje Johan Pistolet, antes de crear (a principios de los 60) a Astérix, el personaje que tuvo muchas generaciones de lectores y se convirtió en referente de la educación de niños y jóvenes en muchos países.
Tras la muerte de Goscinny en 1977, Uderzo también asumió la tarea de escritor de los libros de historietas.
Cuando nació Astérix, el galo, nadie podía presagiar su fabuloso destino. En julio de 1959, Albert y René tenían la encomienda de hallar un nuevo personaje para la revista Pilote, cuyo primer número estaba previsto en octubre. Reunidos en el apartamento del dibujante en Bobigny, un suburbio de París, se estrujaban el cerebro.
“Nos habíamos embarcado en otra idea, Le Roman de Renart (una compilación medieval de poemas). Tuvimos que cavilar mucho para hallar algo. René me dijo: ‘Cítame todos los periodos de Francia’. Comencé por los galos y así empezamos”, explicaba Uderzo, quien imaginó al personaje grande, forzudo, heroico; yo lo veía más bien como un hombre de pequeña estatura
, añadía Goscinny.
Ya que es así, el pequeño tendrá un compañero fornido
, respondió Uderzo a su colega. Muy bien, será un repartidor de menhires
, aceptó Goscinny, y así surgió Obélix.
Las primeras aventuras se publicaron en Pilote entre octubre de 1959 y julio de 1960. El primer álbum salió en 1961.
Astérix llevaba ya un casco alado, un complemento sin ninguna realidad histórica, espada y cantimplora para su poción mágica; Obélix blandía un hacha que desapareció rápidamente. Ya estaban allí también el jefe Abraracúrcix, el bardo Asurancetúrix, que desentonaba desde el principio, y el druida Panoramix.
Estos galos viven en un pueblo de irreductibles en la costa de la Bretaña, en el oeste de Francia, y protagonizan graciosos relatos en el año 50 antes de Jesucristo, cuando la Galia estaba ocupada por los romanos. Los guerreros se resisten al invasor con ayuda de una fuerza sobrehumana.
Prototipo nacionalista
A quienes lo acusaban de hacer de Astérix un prototipo nacionalista y xenófobo, Goscinny recordaba con una sonrisa haber vivido 17 años en Argentina y siete en Estados Unidos. ¿Racista, yo? ¡Cuando buena parte de mi familia terminó en las cámaras de gas de los campos de concentración! Nunca miré el color, la raza ni la religión de la gente
, se indignaba.
Héroe típicamente francés, Astérix ocupaba el mejor lugar para denunciar las peculiaridades de este pueblo, siempre con una sonrisa.
Hoy en día, un parque temático inspirado en su cómic a las afueras de París atrae a docenas de miles de seguidores del emblemático héroe de la resistencia y su fuerte secuaz Obélix.
Las muestras de cariño y admiración se multiplicaron ayer en las redes sociales por la muerte de Uderzo, lo cual confirma cuán hondo caló en los pueblos este grande de la historieta moderna.
Principalmente, como despedida se difundió una caricatura que Uderzo realizó en 2015, cuando regresó de su jubilación (anunciada en 2011), que el caricaturista dedicó al semanario satírico francés Charlie Hebdo, para rendir homenaje a sus 12 colegas fallecidos en un atentado.
Aparecen Obélix y Astérix inclinándose en una reverencia, con la mano en el corazón, junto al perro Idéfix de triste mirada.