La contracción de la actividad económica este año es inevitable y las decisiones que ahora se tomen para contener la epidemia del nuevo coronavirus determinarán la profundidad de la pérdida de dinamismo y el tiempo necesario para la recuperación, consideró BBVA.

En tanto, Citibanamex apuntó que la caída del producto interno bruto esperada para este 2020 está relacionada, en parte, con el tipo de respuesta que el gobierno federal dé a la epidemia.

Ambos grupos financieros redujeron sus previsiones de crecimiento para este año. El primero consideró una contracción de 4.5 por ciento y el prevé una caída de 2.6.

En un estudio, BBVA precisa que el brote de Covid-19 tendrá un fuerte impacto negativo en las economías a escala global. México no está aislado de las disrupciones en las cadenas de valor y será severamente afectado por el previsible desplome de la producción y la demanda en Estados Unidos.

“Será afectado por el previsible desplome de las remesas. Además, el impacto será mayor que en otros países debido a la disminución de los precios del petróleo, lo que resultará en un deterioro todavía mayor en el balance de Petróleos Mexicanos, lo cual terminará afectando las finanzas públicas.

Una profunda recesión es inevitable. La incontrolable expansión del contagio, no. El momento de tomar decisiones llegó, y éstas determinarán si la caída de la actividad económica tiene corta o larga duración, y mucho más importante aún será si el contagio logra eventualmente contenerse o se traducirá en un innecesario crecimiento exponencial.

Citibanamex manifestó que la determinación de pasar su estimado de crecimiento a contracción se debe a que hay una respuesta tardía en la implementación de políticas públicas de salud, mismas que provocarán un choque más largo y profundo que lo antes anticipado.

El nuevo escenario implica un déficit primario de menos 0.1 por ciento del PIB. Si esto será algo que el mercado tomará de forma negativa o no, dependerá en última instancia de qué otros cambios instrumente el gobierno, apuntó.