Sábado 21 de marzo de 2020, p. a16
El nuevo disco de Pat Metheny es un sueño convertido en realidad. La llegada a La Meca.
Le ha llevado décadas formularlo. Y lo consiguió por fin.
El álbum se titula From This Place y es una declaración de principios:
a) Esto soy, esto hago
b) Es posible inventar nuevas maneras de hacer música
c) ergo: nos mueve a maneras nuevas de escuchar música
Y el proceso está completado.
¿Cómo le hizo?
Viajó, meditó, siguió su rutina de 10 meses al año de giras por dos de grabación de nuevos discos, meditó, continuó con sus proyectos paralelos, en especial el denominado Side Eye Project, meditó, se fue de gira con un gigante –el contrabajista Ron Carter, inventor de un instrumento: el Piccolo Bass–, meditó. Y se le prendió el foco.
Así lo dice él mismo: ‘‘a light bulb went off over my head”.
El maestro Ron Carter es uno de los iniciados, válgase el juego simbólico, por el cuasi místico Miles Davis, quien en sus grupos siempre cobijó, con una visión impresionante, a jóvenes promesas, prácticamente todos ellos convertidos en gigantes, caso de quien fue su contrabajista cuando muy joven y hoy es un yoda; válgase el rejuego: de jedi a yoda.
Tan chido Miles Davis, que hizo lo que La Fuerza no instruye: un jedi no se convierte en yoda; pero Miles tuvo la fuerza. Y así lo hizo con muchos músicos, entre ellos Ron Carter.
Y ese ejemplo lo sigue Pat Metheny, con su proyecto Side Eye, que consiste en largas sesiones con músicos jóvenes con talento suficiente como para cultivarlo en casa de Metheny, en sesiones domésticas de lujo de las que esos jóvenes ingresan luego al circuito grande de la escena del jazz en Nueva York.
De eso trata el nuevo disco de Metheny: de la escena jazz en, diría la frase hecha y derecha: La Gran Manzana.
El sueño de Metheny consistía en juntar a músicos de excelencia para crear nuevas maneras de hacer música.
Pero no había encontrado la manera, hasta que Ron Carter lo instruyó.
Durante semanas enteras en carretera, teatros pequeños, fondas de pueblo, hotelitos sencillos, rurales, Ron Carter y Pat Metheny meditaron harto.
Dice Pat, bromeando, que le preguntó mucho más de lo que cualquier fan quisiera preguntarle a Ron Carter.
El autor del Disquero los puede imaginar en esos viajes, interiores como deben ser, pues ha tenido el privilegio de tratar con ambos por separado y le consta que a los dos les interesa la persona que tienen enfrente. En mi caso, me acuerdo que llegué a decirle: ‘‘maestro, sólo me faltaría pedirle si me permite cargar en mis espaldas su contrabajo”, mientras caminábamos, a carcajadas, desde el barcito donde acababa de tocar con su Cuarteto (recomiendo ese disco maravilla: Ron Carter, Piccolo Bass), hacia el Village Vanguard, ese templo del jazz donde lo esperaban otros gigantes para la jam session que duró hasta la madrugada.
Pat preguntó a Ron: pero a ver, ¿cómo estaba eso de que Miles Davis los ponía a ustedes a tocar puras piezas clásicas (conocidas como standards, o covers) durante las giras y cuando se metían a grabar un disco los ponía a improvisar locura y media?
(De esas sesiones salían maravillas de la invención humana: Bitches Brew, por ejemplo).
Pues mira, respondió Ron a Pat, muy sencillo: Miles Davis nos ponía a tocar esas piezas para que pudiéramos entrar a estancias sagradas. Una vez que dominábamos la libertad de improvisar a partir de temas conocidos, nos metía al estudio a crear loquera y media.
Y ahí fue donde se le prendió el foco y la mecha entera a Pat (cuya cabellera pelirroja veo ahora incendiada, es decir: sonriente y roja).
Juntó a músicos de excelencia. Los puso a tocar temas conocidos. Y, dirían en mi pueblo, en un derrepente los metió al estudio de grabación e hicieron el nuevo disco que hoy nos ocupa, sin ensayar.
El resultado es fascinante.
En la batería está nuestro compatriota Antonio Sánchez, cuya maestría es reconocida. La noticia es ahora la extraordinaria, fuera de serie, impresionante contrabajista malasio-australiana Linda May Han Oh, el pianista británico Gwilym Simcock, la vocalista Mesell Ndejeocello, el armoniquista Grogoire Maret, el percusionista Louis Conte y la Hollywood Studio Symphony, la que se ocupa de la música para los filmes americanos.
Un océano de asombros.
Alelantes, las intervenciones de la contrabajista Linda May Han Oh. Sus ejecuciones solistas son un diamante pulido. Un tesoro. Un descubrimiento que enriquece el panorama de mujeres contrabajistas de excelencia, como la que nos descubrió durante una entrevista Bob Dylan: Esperanza Spalding.
El disco nuevo de Pat Metheny, From This Place, tiene rumbo, concepto, trasfondo. Poesía.
Por ejemplo, la pieza inaugural, America Undefined, toma su nombre de un pasaje de un ensayo de uno de los máximos pensadores de la cultura estadunidense: el poeta y activista James Baldwin (1924-1987): que así se titula, ‘‘América indefinida”, y dice el pensador Baldwin: ‘‘la misma palabra América no es sino un nuevo, prácticamente indefinido y extremadamente controvertido sustantivo. Nadie en el mundo entero sabe exactamente qué significa ni qué describe”.
La claridad de concepto que posee el sabio Pat Metheny puede calibrarse en estas sus palabras: ‘‘la música conserva su naturaleza y espíritu aun cuando la cultura que la creó desaparece, de la misma manera como el polvo que produce la presión alrededor de un diamante, queda en el olvido en la medida en la que el diamante brilla.
‘‘Deseo que este disco quede comoel testamento de mi aspiración permanente de honrar esos valores.”
Conceptos, ideas, claridades, que nos permiten ahora decir sin drama: nos quedamos con los boletos comprados para el concierto de Pat Metheny el 25 de marzo, pero estamos seguros que Pat volverá cuando hayamos recuperado la calma, la salud comunitaria, como lo harán en los países de Europa a los que llevaría a cabo nueva gira: Italia, España, Francia, Inglaterra… donde también se cancelaron sus presentaciones.
Sabio, elegante, el pelirrojo Metini (es que una vez le pregunté: oye Pat, algunos te dicen Pat Méteni, otros Métini, otros Meteni, y la mayoría: Metini, ¿cómo es?: es como tú quieras, Pablo, respondió sonriente y) puso en su página web en la lista de cancelaciones junto a los nombres de los lugares donde se iba a presentar próximamente en Europa: RSVP: reservésilvuplé, a manera de amable, esperanzador buen humor. Optimismo. Ya verán que sí. Vamos a recuperar la calma.
Guardemos nuestro pesimismo para otro día, si les place (silvuplé). Escuchemos vía streaming (Spotify, Apple Music, YouTube, Dezeer…) el nuevo disco de Pat Metheny, From This Place, que quiere decir, from this place, desde este sitio, desde donde está usted en este instante, amable lector, hermosa lectora.
Silvuplé.