Este año se cumple el centenario natal del escritor estadunidense de ciencia ficción // En Dune, su obra cumbre, explora la evolución humana y las estructuras de poder
Sábado 21 de marzo de 2020, p. 2
Sólo quienes conquisten su miedo serán capaces de sobrevivir, sostenía Frank Herbert, autor de Dune, ópera espacial que figura entre las obras literarias futuristas más vendidas en la historia.
Este 2020, el 8 de octubre, se cumplirá el centenario del nacimiento de ese escritor estadunidense de ciencia ficción y, coincidiendo con la efeméride, a finales de año –se menciona la tercera semana de diciembre– se estrenará un nuevo filme basado en su obra maestra.
Precedida de un intento fallido de Alejandro Jodorowsky, quese remonta a los años 70 del siglo pasado, y el fracaso comercialde la versión de David Lynch de 1984, esta segunda adaptación cinematográfica está a cargo del canadiense Dennis Villeneuve, nominado al Óscar en la categoría de mejor dirección por su película Arrival.
El rodaje de la cinta comenzó en marzo del año pasado; la historia estará dividida en dos entregas y, según se ha dicho, esta nueva versión se apega fielmente a la obra de Frank Herbert.
Se le ha anunciado como una superproducción con un reparto de ensueño, encabezado por Timothée Chalamet, Charlotte Rampling, Javier Bardem y Óscar Isaac, entre otros actores.
Y si el planeta Tierra fuera un gran desierto
Dune es una serie novelística altamente compleja en la que su autor explora temas para él harto sensibles como la ecología, la evolución humana, las consecuencias de la manipulación genética y las posibilidades místicas y síquicas, además de los liderazgos y las estructuras de poder.
Frank Herbert, quien nació en Tacoma, Washington, el 8 de octubre de 1920 y falleció en Madison, Wisconsin, el 11 de febrero de 1986, habló en una entrevista con el catedrático universitario Willis E. McNelly, director de The Dune Encyclopedia, en 1969, sobre el origen de esa epopeya espacial.
Contó que la idea le vino en 1953 al redactar un artículo sobre el control de dunas de arena, campo en el cual Estados Unidos fue pionero y que a él le fascinó y lo llevó de manera natural a pensar en el desierto, a imaginar si todo el planeta fuera un gran páramo.
El autor planteó en esa charla cómo el ser humano es una criatura destructora y, en particular, cómo las sociedades occidentales se hacen daño a sí mismas al perjudicar el medio ambiente, punto clave en Dune, pues gran parte de la historia trata de cómo el planeta ha matado a la ecología.
‘‘El hombre occidental tiende a pensar que puede doblegar la naturaleza. Hemos aprendido a subyugarla, pero estamos ciegos”, afirmó y criticó a Occidente por asumir que todo lo que necesita el ser humano puede conseguirlo mediante la fuerza. ‘‘No hay problema alguno en someter. Somos unos ignorantes, así vivimos. Necesitamos una ciencia de la sabiduría.”
El narrador refirió que para preparar esa novela leyó cerca de 200 libros y en uno encontró una definición de la ecología como la ciencia de entender las consecuencias: ‘‘¡Qué gran frase! Es perfectaporque lleva a uno de los puntos claves que la historia de Dune pretendía: las consecuencias de lo que hacemos al medio ambiente.”
Vida en pleno contacto con la naturaleza
Frank Patrick Herbert, su nombre completo, fue un hombre congruente con sus convicciones y preocupaciones. Sus últimas dos décadas residió al lado de su familia en ‘‘una granja biológica”, primero, cerca de Washington y, más adelante, en Hawai, con una forma de vida autosuficiente y en pleno contacto con la naturaleza.
Antes de dedicarse a la literatura, consideró ser historiador y desempeñó varias profesiones, desde fotógrafo y camarógrafo de televisión hasta pescador de ostras. También ejerció el periodismo y en 1952 publicó su primer relato de ciencia ficción titulado ‘‘¿Está usted buscando algo?’’
La primera novela del autor estadunidense, El dragón en el mar, conocida más tarde como Bajo presión, apareció en 1956. Fue hasta 1965 cuando le llegó el éxito con el primer título de la saga Dune, merecedora de los galardones Hugo y Nébula, además del Premio Internacional de Fantasía, compartido con El señor de las moscas, del novelista y poeta británico William Golding.