Madrid . La pandemia del Covid-19 ha alterado la vida en España en todas sus facetas. Como consecuencia indirecta de la crisis, el ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, no podrá recibir ningún tipo de visita en la cárcel Madrid IV, donde se encuentra recluido desde hace más de un mes, ni siquiera por parte de sus familiares más cercanos ni de sus abogados.

Además, crece el temor de que, al igual que ocurrió en Italia, se registren motines en los centros penitenciarios españoles ante el temor de los internos por contagios; de hecho, en la prisión donde está Lozoya un funcionario dio positivo en esa enfermedad.

Lozoya Austin, buscado por la justicia mexicana por varios casos de corrupción durante su gestión al frente de Pemex, fue detenido el pasado 13 de febrero en Málaga, pero después de permanecer unas semanas en la prisión de Alhaurín de la Torre fue trasladado finalmente, el pasado 27 de febrero, a la cárcel de la localidad madrileña de Navalcarnero.

Desde ese lugar afrontará el proceso de extradición abierto en su contra en la Audiencia Nacional, donde ya rindió su primera declaración ante la sala que lo juzgará y en la que se negó por segunda vez a ser extraditado a México.

Pero el estallido de la crisis por el coronavirus alteró también la vida en prisión y el propio funcionamiento de los tribunales. De hecho, su propio proceso seguramente sufrirá demoras, al menos hasta que se recupere la normalidad. Así que lo que más afecta a Lozoya es permanecer en la celda de 12 metros cuadrados que comparte con otro recluso. Y, lo más peligroso en estos momentos para el ex director de Pemex, es que no se controle una potencial propagación de la pandemia dentro de la cárcel, máxime cuando uno de los funcionarios de prisiones donde está recluido dio positivo de Covid-19.

Para evitar que se propaguen los contagios entre los reclusos, el Ministerio del Interior español prohibió cualquier visita, ya sea de familiares, amigos o abogados. Nadie ajeno al centro penitenciario podrá entrar. Como compensación se ampliarán las comunicaciones telefónicas autorizadas a los internos, sobre todo con sus abogados con el fin de que en todo momento quede garantizado el derecho de defensa.

Aunque desde el gobierno se reconoce que hay temor de que ante la tensión acumulada por la pandemia y las medidas de restricción la situación se vuelva más complicada en cualquier momento, ya que cualquier información falsa o rumor puede ser la mecha que encienda un motín.

En el caso del fallo del proceso de extradición contra Alonso Ancira, quien fuera presidente de Altos Hornos de México y socio de Lozoya, también sufrirá un retraso, al menos hasta que la crisis termine y los tribunales recuperen su actividad habitual.