Si hace falta, me hago la prueba del coronavirus, hago lo que me indiquen los médicos, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador ante las dudas del cuidado de su salud. Argumento similar usó sobre la posibilidad de suspender sus giras: Que Hugo (López-Gatell, subsecretario de Salud) informe cuándo me va ordenar que ya no me mueva, porque él me lo va a decir, no un politiquero o columnista de prensa vendida, como decíamos antes.

El subsecretario justificó la decisión de no realizar pruebas masivas para detectar casos: “Esta idea de ‘hay que hacernos todos la prueba’ o, ‘con mayor razón el Presidente tiene que hacérsela’, parte de una visión fuera de lugar en términos científicos. ¿Por qué razón? Ha crecido la idea de ‘todo mundo tiene que hacerse la prueba’ y entró una idea completamente carente de sentido técnico, de que México tiene pocos casos porque no hace pruebas”.

López-Gatell dijo que no tiene sentido efectuar las pruebas porque así no funciona la vigilancia epidemiológica, no es una prueba para uso clínico. No sirve de nada saber si es positivo o negativo porque durante esta epidemia no habrá un tratamiento para atenderlo, por lo que con este padecimiento las personas se curan solas, con su sistema inmunológico.

Sobre la actividad y salud del Presidente –de quien refirió que su fuerza es moral, más que de contagio–, agregó: Casi sería mejor que padeciera coronavirus, porque lo más probable es que él, como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune y entonces ya nadie tendría esta inquietud sobre él.

López Obrador acotó acerca de hacerse la prueba: Tengo que actuar de esta manera. Cuando el doctor me diga, voy a cumplir. Porque, ¿para qué me hago la prueba si el doctor está recomendando que no caigamos en eso? Si yo me hago la prueba, pues estoy induciendo a que todo mundo vaya a saturar los laboratorios de análisis. ¿Qué ganamos? Nada.

Bajo la premisa de que los técnicos determinarán las acciones –apegados a la Organización Mundial de la Salud y en algún momento las adoptará el jefe del Ejecutivo– , López Obrador censuró el oportunismo de quienes buscan culpar al gobierno de todos los males. Anoche, aterrizando ya estaba un mensaje de López-Dóriga anunciando la primera muerte por coronavirus. Eso no fue todo. Bajo y hay una nube de reporteros, acosándome para que declarara sobre el primer muerto, que si no me interesaba, que si no iba yo a mandar un pésame.

Identificó las posturas de algunos medios de comunicación con las políticas anticorrupción. “Están molestos los dueños de los medios de información –no todos, no puedo generalizar– porque recibían mucho dinero para la publicidad; están molestos muchos columnistas que recibían dinero, estaban subvencionados. ¿Cuántos años recibiendo millones de pesos y de repente se termina?” Es entendible la molestia, pero, ¿cómo desearle la muerte alguien por razones políticas?

López-Gatell –quien habló de la necesidad de suspender o reprogramar actos con más de 5 mil personas– justificó el proceder del Presidente de mantener sus giras.

La situación del coronavirus se encuentra en fase uno, pero las reglas se definirían cada día. Habrá un momento en donde pudiera ser que concentraciones masivas de menor tamaño pudieran cancelarse. Las decisiones no parten de meras apreciaciones, sino hay una Unidad de Inteligencia Epidemiologica que tiene un protocolo de vigilancia.

Ante las críticas de la actividad presidencial en actos masivos, convocó a que nos protejamos juntos, colaborando armónicamente, sin agendas políticas, pues si el Presidente saluda y besa, no tiene un sentido técnico, porque afortunadamente tiene buena salud.