Los precios internacionales del petróleo se hundieron ayer a mínimos de cuatro años, en momentos en que Arabia y Rusia –los mayores productores de crudo– mantienen una divergencia por el incremento de la extracción y una guerra de precios. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) insiste en recortar el suministro, en medio de la crisis por el nuevo coronavirus.

La estatal saudita Aramco reiteró sus planes de aumentar la producción a niveles récord y dijo que la empresa estaba muy cómoda con el barril de petróleo a 30 dólares. Además, que podría cumplir con sus compromisos de pago de dividendos y las expectativas de los accionistas incluso al actual nivel de precios.

El director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Fatih Birol, y el secretario general de la OPEP, Mohamed Barkindo, expresaron sus temores a que se produzcan impactos económicos y sociales mayores para los países petroleros, en particular los más vulnerables, en el contexto de la crisis actual.

Si las condiciones de mercado actuales persisten, sus ingresos por petróleo y gas caerán de 50 a 85 por ciento en 2020 a su nivel más bajo en más de 20 años, señalaron en un comunicado emitido de manera conjunta.

Una reunión técnica de la OPEP y de países que no pertenecen al cartel, prevista para mañana en Viena, fue suspendida, debido a que los intentos de mediar entre Arabia Saudita y Rusia, después del colapso de su pacto de corte de suministro, no progresaron, afirmaron fuentes a Reuters.

El referencial Brent perdió 3.8 dólares, 11.2 por ciento, a 30.05 dólares el barril. Por su parte, el West Texas Intermediate bajó 3.03, o 9.6, a 28.70, su mínimo desde febrero de 2016.

Petróleos Mexicanos (Pemex) no publicó el precio de la mezcla mexicana por ser día feriado.

El cierre de empresas y el confinamiento (de personas en sus casas) en algunos países hará bajar la demanda de petróleo todavía más de lo anticipado hace semanas, explicó a Afp el analista de mercado Fawad Razaqzada.

La oferta y la demanda toman direcciones opuestas, como pocas veces se ha visto antes, aseveró Bjarne Schieldrop, especialista de SEB.