Había descontrol en el manejo de efectivo, expresa Rabindranath Salazar.Foto José Carlo González
Lunes 16 de marzo de 2020, p. 17
Acapulco, Gro., En regiones apartadas de los centros urbanos, personas pobres gastan hasta una quinta parte del dinero que reciben de programas sociales para trasladarse a una ciudad donde puedan cobrar esos apoyos. Es un tema de justicia social acercar los servicios financieros a toda esa población
, dice Rabindranath Salazar Solorio, director general del Banco del Bienestar, sobre la decisión gubernamental de construir una red de 2 mil 700 sucursales de esa institución, acción que ha recibido críticas en diversos sectores desde que fue anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Banco del Bienestar se hizo cargo de la infraestructura y equipos de lo que hasta el sexenio pasado fue el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi). Lo que encontró al tomar el mando de la nueva institución, afirma Salazar Solorio, fue que lamentablemente muchos de los recursos no llegaban a su destino final precisamente por el descontrol que había en el manejo del efectivo
.
Uno de los objetivos del Banco del Bienestar es distribuir los programas sociales del gobierno federal. Incluso, llegar a hacerlo a un universo de 20 millones de personas a través de medios digitales exclusivamente, explica en entrevista con La Jornada, realizada en el marco de la 83 Convención Bancaria, efectuada el pasado fin de semana en este puerto.
–¿En qué consiste la transformación del Bansefi en Banco del Bienestar?
–En acercar los servicios financieros, generar inclusión y educación en la materia a los lugares más recónditos del país, que lamentablemente fueron olvidados durante muchísimos años. Estamos reduciendo el uso de efectivo para que la gente pueda hacer transacciones con una tarjeta que tiene un chip de alta seguridad y combatiendo los temas de inseguridad y corrupción. Cuando recibimos la institución (al comienzo del actual gobierno), 80 por ciento de transacciones eran en efectivo. Pero ya las bajamos a 49 por ciento y seguimos decreciendo. Estamos avanzando en la implementación de programas tecnológicos. Consideramos muy importante que estamos generando también justicia social, en virtud de que la gente nunca había tenido la oportunidad de contar con los servicios de ese tipo en su comunidad.
En Chiapas, Oaxaca y Guerrero incorporamos a gente de la comunidad para que incluso pueda hablar en su lengua materna. También fomentamos el tema de la cultura
, expresa.
Se pretende, añade, que participantes en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro se capaciten en el Banco del Bienestar y posteriormente se incorporen directamente a trabajar en esa entidad.
–¿A qué se refiere cuando dice vamos a evitar la corrupción no distribuyendo en efectivo
? ¿Qué estaba pasando en Bansefi?
–Lamentablemente, muchos de los recursos no llegaban a su destino final por el descontrol que había en el manejo de efectivo. Por otra parte está el tema de la inseguridad: en muchas ocasiones las bandas de delincuentes estaban esperando el día de pago para aguardar a la gente y quitarle su dinero. Otro tema es el de los costos. Hemos detectado puntos donde se van a hacer las sucursales para poder acercar el servicio a la gente. Lamentablemente, en muchas ocasiones, la persona, para trasladarse a cobrar su apoyo, se gasta hasta 20 por ciento de su apoyo, sobre todo cuando es adulto mayor o con discapacidad, que se hace acompañar de otro adulto que también come, paga pasaje y pierde el jornal de trabajo del día por ir. Estamos localizando puntos donde la gente no tenga que hacer un gran esfuerzo para trasladarse y recibir de manera más directa su apoyo.
–¿La ampliación de los servicios que prestan será a través del uso de tecnología?
–Hay lugares donde no hay siquiera señal de Internet, donde no existe fibra óptica ni cable. En esos lugares apartados vamos a llegar por medio de una antena satelital. De inicio es algo muy bueno, porque esas antenas satelitales no sólo darán servicios al banco, sino también podrán irradiar alguna zona de la población para que puedan acceder a un servicio que nunca antes habían tenido.
–Cuéntenos del plan de construcción de sucursales. Existen muchas interpretaciones.
–En primera instancia este año se van a construir mil 350 sucursales y otras mil 350 el próximo. Tenemos ya un avance interesante. Dos ya están terminadas 100 por ciento. Una en el estado de México y otra en Puebla. Otras 51 están en proceso de edificación, en distintos niveles de avance, y tenemos 274 predios más ya debidamente ubicados para abrir más frentes de construcción. La Secretaría de la Defensa Nacional está encargada de las obras, y la capacitación y equipamiento las hace el banco. La idea es avanzar a un ritmo de 100 sucursales al mes. Es un asunto sin precedente. La banca en su conjunto, en los últimos 10 años, construyó 2 mil 500 sucursales.
–¿Cuánto invirtieron en las dos sucursales que están terminadas?
–Alrededor de 5 millones de pesos por sucursal. Tres millones para construcción y dos para equipo y mobiliario.
–¿Cuál es la mayor dificultad que enfrentan para crear dicha red de sucursales?
–La ubicación de los lugares. Hay algunos de muy difícil acceso y otros donde tenemos que trazar una ruta en cuanto a seguridad para hacer llegar los recursos. Pensemos en una comunidad alejada, donde debemos garantizar seguridad, de tal forma que pueda ser instalado un cajero o que la gente que vaya a operar ahí cuente con lo mínimo de seguridad. En Oaxaca, por ejemplo, donde se hicieron caminos rurales, se está tratando de conseguir predios que estén al término de éstos para poder instalar también una sucursal del Banco del Bienestar.
–¿Cómo es una sucursal?
–Una oficina con cuatro cubículos, en una superficie de 83 metros cuadrados y un área de estacionamiento o de espera también. Estamos hablando de un predio mínimo de 400 metros cuadrados y que puede ser hasta de una hectárea, porque la idea es que más adelante se acerquen otro tipo de servicios a esas comunidades apartadas.
–¿Cuáles van a ser algunas de las comunidades más lejanas a las que va a llegar el Banco del Bienestar?
–Prácticamente a todos los sitios donde no haya, en todos los municipios del país que nunca han tenido sucursal. Estamos hablando de mil 500 municipios, de 81 mil localidades en todo el país, que no han tenido acceso a servicios bancarios.
–¿Qué respuesta da a las críticas hechas a este programa, en el sentido de que con la tecnología actual no es buena idea construir una red de sucursales de ese tamaño?
–Es muy respetable la opinión. Sin embargo, hay dos temas muy importantes. Uno, es un tema de justicia social, de apoyar a la gente que nunca ha tenido la oportunidad de contar con un servicio financiero en su localidad. Dos, estamos a la mitad del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en cuanto a sucursales por cada 100 mil habitantes, con 14. Esto no quiere decir que estemos peleados con el tema tecnológico. Seguimos avanzando en la parte de infraestructura, pero también en la tecnológica de manera muy acelerada. Acercar los servicios a la gente es un tema de justicia social, el que podamos llegar a esas comunidades que antes nadie se había preocupado por ellos.