Viernes 13 de marzo de 2020, p. 6
Cuernavaca, Mor., El doctor, cortometraje de Francesco Taboada Tabone, que narra una anécdota del general Emiliano Zapata Salazar (1879-1919) y de su hija Ana Zapata Portillo (1915-2010), fue presentado anoche en el Centro Cultural Jardín Borda.
Taboaba Tabone contó que el corto se basó en una historia de tantas que le contó Zapata Portillo. Incluso, en el filme ella es quien narra.
En ese entonces, Ana tenía unos cuatro años y enfermó gravemente, por lo que su padre, El Caudillo del Sur, ordenó al médico Gustavo Baz que curara a su hija, o de lo contrario lo que le pasara a ella le ocurriría a él también.
Baz, doctor que acompañó al líder revolucionario en su lucha, se quedó en la casa del general para tratar de aliviar a Ana, y lo logró.
Después de la presentación de la producción audiovisual, los hijos de Ana Zapata Portillo, Martha, Julieta e Isaías Manuel, contaron otras anécdotas de su madre.
Julieta Manrique comenzó al recordar a su madre, quien no fue la única ni la primera hija del Caudillo del Sur (tuvo 15), pero fue una las más longevas, ya que murió a los 94 años, y logró, desde muy joven, ser reconocida por las autoridades mexicanas como descendiente directa del líder.
La anécdota del corto se la platicó el doctor Baz a mi mamá. Ella fue una gran mujer; de pequeña era muy inquieta, muy inteligente, sabía leer y escribir; era muy alegre, muy dicharachera, y desde chiquita le gustó la política
, contó Julieta.
De niña, Ana fue muy enfermiza, pero después de los 14 años, con el espíritu de su padre, agregó Julieta, comenzó a interesarse por los demás, sobre todo por los derechos de las mujeres, ya que fue precursora del voto femenino y fue la segunda diputada en el país.
“En una ocasión en la que Lázaro Cárdenas visitó Cuautla, la conoció y le preguntó: ‘Bueno, ¿tú qué planes tienes?, ¿qué quieres?’ A lo que mi madre contestó: ‘Quiero hacer una agrupación para ayudar a la gente, a las mujeres, viudas, huérfanas, madres, y a todos los sobrevivientes y descendientes de la Revolución Mexicana; quiero ayudarlos, para que tengan una pensión y puedan vivir bien’.” Objetivo que logró: integró la Asociación Nacional Femenina Revolucionaria, que buscaba que el gobierno las reconociera y les diera pensión.
A pesar de que a Ana Zapata le gustaba la política, sus hijas e hijos mencionaron en la charla que su madre siempre tuvo tiempo para los cuidarlos, y que les inculcó no lucrar con el apellido: Trabajen, sean dignas de llevar el apellido, es una gran responsabilidad que tenemos sus hijas y nietas
.
Taboada, también autor de Los últimos zapatistas: héroes anónimos, dijo que a finales de este año espera convertir El doctor en largometraje.