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El Covid-19 devasta la oferta cultural en España

En Madrid cierran museos, teatros y salas de concierto // El Teatro Nacional de Cataluña cancela el estreno mundial de ópera de Wagner

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▲ Los museos Nacional del Prado (en la imagen, ayer), el Centro de Arte Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza, de Madrid, suspenden de manera temporal ‘‘sus actividades de cara al público’’.Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 12 de marzo de 2020, p. 4

Madrid. Las meninas, de Velázquez; Guernica, de Picasso; Saturno devorando a su hijo, de Goya; Retrato de un campesino, de Cézanne, y Paseo a orillas del mar, de Sorolla, son sólo algunas de las miles de obras de arte que no se podrán contemplar en las próximas semanas en sus recintos habituales en Madrid.

Tampoco se podrá acudir a los teatros para ver obras de Calderón de la Barca, Lope de Vega o Del Valle-Inclán. Las salas de concierto también permanecerán cerradas.

Los libros que sirven de consulta a centenares de investigadores en la Biblioteca Nacional tampoco se podrán revisar.

El Covid-19 es la razón por la que prácticamente todos los centros que albergan expresiones culturales en Madrid tengan que cerrar al menos durante 15 días. Pero las previsiones son malas y no se descarta que la crisis se prolongue a cinco meses.

La capital española es arrasada por la propagación masiva del coronavirus; se ha quedado en silencio, en un ambiente lúgubre y melancólico. Las medidas de excepción incluyen el cierre de todos los museos y teatros públicos, la Biblioteca Nacional y la Filmoteca Española; incluso la Real Academia Española (RAE) decidió restringir su actividad y suspender los consejos públicos y masivos.

Desde la Guerra Civil (1936-1939), Madrid no sufría una sacudida tan demoledora en el ámbito cultural; éste es uno de los motores económicos y atrae a millones de turistas. Ahora las salas de los museos están vacías, a oscuras, sólo custodiadas por trabajadores que velan por que se garantice la integridad de las valiosísimas piezas que ahí se albergan.

La primera medida de excepción relacionada con el sector cultural la decretó el gobierno regional, presidido por la conservadora Isabel Díaz Ayuso, quien el pasado martes anunció el cierre y la anulación de todas las actividades programadas de teatros, museos y centros culturales. Pero el golpe definitivo se confirmó ayer, con un comunicado del Ministerio de Cultura que confirmó lo que todos temían: el cierre de todos los grandes museos de la ciudad, entre ellos el del Prado.

En un escueto pero contundente comunicado, el gobierno español informó su decisión de adoptar un ‘‘paquete de medidas adicionales” que ‘‘consisten básicamente en la suspensión temporal de sus actividades de cara al público’’. Ello afecta al cine Doré y la biblioteca de Filmoteca Española, así como a los museos nacionales del Prado, Centro de Arte Reina Sofía, Thyssen-Bornemisza, el Arqueológico Nacional, el de Antropología, Cerralbo, de Artes Decorati-vas, de América, del Romanticismo, del Traje-Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico y el Sorolla, sí como al centro Tabacalera.

Medidas extraordinarias de la Real Academia Española

La RAE informó de las ‘‘medidas extraordinarias adoptadas por el director ante la epidemia del coronavirus”, como fomentar el trabajo en casa de los investigadores y empleados del recinto, así como evitar ‘‘las reuniones externas, que se sustituirán por llamadas telefónicas y videollamadas; se suspende el trabajo directo de los académicos en el pleno y las comisiones, que se sustituirá por la asignación de encargos y tareas específicos”, y que ‘‘las actividades públicas de la Real Academia Española, como presentaciones de libros, conferencias, coloquios y cursos quedan aplazadas y se anunciarán oportunamente las nuevas fechas”.

La crisis en el sector cultural español va mucho más allá, pues la mayoría de teatros de Madrid suspenderán funciones las próximas dos semanas. Lo mismo sucede en las salas de música.

Los productores y agentes intentan adaptar sus programaciones a la emergencia nacional, pero con escaso éxito, pues hoy nadie es capaz de asegurar cuándo acabará la crisis. La única institución cultural que mantiene su programación es el Teatro Real de Madrid, que tiene previsto estrenar el próximo martes una ópera del Barroco que rescataron, que es una producción propia y una de las grandes apuestas para esta temporada, Aquiles en Esciros, de Francesco Corselli.

En las salas de cine pasa algo similar, aunque menos contundente, de momento, pues los expositores han anunciado que reducirán los aforos de sus salas hasta completar un tercio y se intentará dejar un amplio espacio entre cada espectador. La idea es evitar el contacto lo más posible.

Barcelona, la otra capital de la cultura española, comienza a sufrir los estragos por el Covid-19 a pesar de que la ciudad no se considera foco de contagio; sin embargo, la idea es limitar las concentraciones multitudinarias para evitar la propagación del virus. Por eso decidieron suspender su programación en el Teatro Nacional de Cataluña y cancelar el estreno mundial de la ópera Lohengrin, de Richard Wagner, en el Teatro del Liceo.