En respuesta al llamado Un día sin nosotras, mujeres de todas las edades no acudieron a sus trabajos ni a la escuela, muchas se quedaron en sus casas, mientras que otras salieron a la calle a pasear, realizar actividades culturales o a manifestarse.

En las calles, transporte público, grandes empresas y algunos negocios pequeños fue evidente la escasa presencia de mujeres. En dependencias federales, organizaciones sindicales que conforman la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, estimaron que 500 mil empleadas no asistieron a laborar. Instalaciones de secretarías como la de Medio Ambiente y de Bienestar lucieron semivacías.

Daniela y Diana decidieron sumarse al paro como protesta por la violencia de género, los feminicidios, las desapariciones y el abuso sexual. Los hombres tienen que ver realmente cómo sería todo si no estuvieras, coincidieron.

Hay actividades que ellos en su mayoría no hacen, en las escuelas primarias muchas son maestras, también se tiene que reflejar eso, dijo Daniela, de 31 años de edad, quien trabaja en una farmacéutica.

Platicó que en su empresa dieron permiso a las mujeres para no ir a laborar. Y para hacer más visible su ausencia, ella decidió permanecer todo el día en casa. He estado escuchando música, arreglando mi cuarto y descansando. También estoy evitando contestar llamadas y ver las redes sociales, mencionó.

Por su parte, Diana, quien es ama de casa, aprovechó que debido al paro ni su hija ni su sobrina tuvieron clases para pasear en la Alameda. Decidimos dar la vuelta por el centro y relajarnos un rato.

El paro nacional de mujeres fue convocado desde hace dos semanas por el colectivo Las Brujas del Mar con el fin de visibilizar la importancia que tienen dentro de la sociedad. A la iniciativa se sumaron organizaciones, empresas, dependencias gubernamentales y universidades.

“Si todas las mujeres se ausentaran sólo por un día el país se paralizaría. Se perderían dos quintas partes de la fuerza laboral: 21.6 millones de mujeres, y las pérdidas en la economía nacional serían de 37 mil millones de pesos, señaló el Instituto Nacional de las Mujeres.

El trabajo en el hogar fue más difícil de parar. Amas de casa e incluso trabajadoras a quienes les dieron el día dedicaron tiempo a cocinar, lavar y limpiar sus casas.

Araceli Tenorio, ama de casa, dijo que para ella hacer paro es prácticamente imposible. Mi esposo se fue a trabajar, tiene que comer y tengo que hacer los alimentos. También soy madre de un niño de 14 años y una niña de 11. Ellos no fueron a la escuela porque no tuvieron clases, ya que los dos tienen maestras, también tengo que cuidarlos, dijo.

Para Anel González, quien no acudió a laborar debido a que la empresa donde labora dio el día a sus trabajadoras, ayer fue un día para hacer ejercicio, lavar ropa, cocinar y después limpiar su casa. Las actividades en el hogar son prácticamente imposibles de parar. No podemos estar todo el día sin hacer nada, platicó.

En tanto, colectivos de mujeres feministas realizaron diversas actividades en la capital del país. Integrantes de la escuela de defensa personal Comando Colibrí organizaron una coloreada en la explanada del Monumento a la Revolución para reivindicar que lo público también es nuestro espacio y que, más allá del paro, creemos que es necesario como mujeres rencontrarnos.

La Liga de Mujeres Revolucionarias se manifestó en la llamada Antimonumenta para exigir justicia por las víctimas de feminicidio. Y el colectivo Libres y Combativas realizó un mitin en el Hemiciclo a Juárez para destacar que este día no es de ausencia, es de lucha y de protesta.