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El desplome del precio intensifica la presión sobre Pemex
 
Periódico La Jornada
Martes 10 de marzo de 2020, p. 21

La caída de los precios del crudo el pasado fin de semana generó mayor presión sobre las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex), que enfrenta la amenaza de una rebaja de calificación después de registrar multimillonarias pérdidas el año anterior.

El presidente Andrés Manuel López Obrador asumió en diciembre de 2018 prometiendo revivir la empresa, pero no pudo evitar otra caída de la producción de petróleo y ha tenido poco éxito en estabilizar la aplastante carga de deuda.

El hecho de que la perspectiva del mercado petrolero se haya deteriorado por la guerra (de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita) es un factor negativo para Pemex. No hay la menor duda, aseveró Raúl Feliz, economista del Centro de Investigación y Docencia Económicas.

Y podría fortalecer la idea de una baja en la calificación.

Las tres principales agencias de calificación han puesto la nota crediticia de Pemex en perspectiva negativa, lo cual indica que la compañía enfrenta un riesgo significativo de nuevas rebajas.

En el último trimestre de 2019 la petrolera reportó una pérdida neta equivalente a 9 mil millones de dólares.

El año pasado Fitch rebajó la calificación de la deuda de la empresa a grado especulativo, y si otra de las agencias hace lo mismo provocaría una venta forzada de miles de millones de dólares en deuda de la petrolera por inversionistas que están obligados a mantener activos de grado de inversión.

Las agencias de calificación Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch no respondieron a solicitudes de Reuters para hacer comentarios.

Inicialmente, el gobierno federal tuvo cierto éxito aligerando la carga de deuda de Pemex a través de varias medidas en el mercado financiero.

Pero las deudas financieras volvieron a subir y terminaron el año por encima de 105 mil millones de dólares, casi de vuelta adonde comenzaron. Mientras tanto, los pasivos por pensiones de Pemex aumentaron un tercio.

Sin embargo, no todo en el horizonte es sombrío.

México reportó un aumento anual de 6.2 por ciento en la producción de crudo en enero pasado, contrarrestando la tendencia de años de declive.

El gobierno y Pemex también han asegurado mayores ingresos por crudo mediante la contratación de opciones a través de un programa de cobertura anual utilizado como seguro contra choques de precios.

El director de la empresa estatal, Octavio Romero, dijo en enero que la compañía había contratado una pequeña porción de su cobertura para este año, pero no precisó a qué precio ni cuántos barriles.

Ese mes el gobierno reportó que completó la contratación de coberturas en 49 dólares por barril.

Feliz señaló que la cobertura de Pemex amortiguaría directamente el golpe de la caída del precio del petróleo, mientras el programa podría generar fondos que se inyectarían a la empresa.

Pero si la guerra petrolera entre Arabia Saudita y Rusia se prolonga, es probable que las finanzas de Pemex se vean cada vez más tensas.

Los descubrimientos de nuevos yacimientos o una oferta del gobierno para atraer capital privado al sector energético podrían mitigar ese riesgo.

Pero ha habido pocos indicios de eso por López Obrador, quien se propuso crear un papel más importante para el Estado en la energía, para disgusto de los empresarios.

En el centro de la mirada de las agencias calificadoras estará la forma en que la deuda de Pemex se compara con sus reservas probadas de crudo, apuntó Feliz.

Los niveles de inversión de Pemex no son suficientes para estabilizar la producción y mantener las reservas probadas, enfatizó.