Martes 10 de marzo de 2020, p. 6
Dos exposiciones de Antonio Ortiz Gritón enmarcan la reinauguración del Centro Cultural Juan Rulfo, luego de ser sometido a un proceso de remodelación.
La primera muestra del artista se articula con su producción pictórica más reciente, que podría calificarse de pintura sonora, debido a que es resultado de largas sesiones de intensa escucha de algunos de sus compositores predilectos.
Una selección de 13 de esas obras integran la exposición Documento, que el también activista presenta ahora a la par de trabajos anteriores en la muestra Breve diccionario visual del náhuatl.
Montar esas muestras de manera simultánea y en un mismo espacio representa para Gritón, sostiene, una inmejorable oportunidad para confrontar y comparar épocas, inquietudes, intereses y miradas de su quehacer.
Por un lado, explica, está la producción dedicada a la lengua náhuatl que se remonta a 2009 y se inscribe en un proyecto para ilustrar con lúdicas y coloridas imágenes 250 vocablos en esa lengua con el fin de fomentar su estudio.
A la fecha cuenta con 60 cuadros en gran formato, en acrílico sobre telas estampadas de dos por tres metros, que llevó a Iguala, Guerrero, y de los que exhibe ahora sólo la mitad por razones de espacio. Destaca su obra más reciente, de 2017, dedicada al terremoto de ese año en México.
Obras de gran libertad
En Documento, el artista nacido en la Ciudad de México en 1953, da cuenta de la exploración estética que comenzó hace más de cinco años y cuyo punto de partida es la deconstrucción del cuerpo desnudo y el camino hacia la abstracción.
‘‘También comencé a producir pinturas escuchando de manera obsesiva, durante periodos de dos o tres semanas, la música de autores contemporáneos o cercanos a nuestro tiempo como John Cale, Igor Stravinsky, Olivier Messiaen, John Adams o La Monte Young, logrando obras espontáneas y fluidas, de gran libertad.”
Son pinturas también de gran formato que plasman una especie de sinestesia del creador tras los estímulos sonoros, con algunas obras minimalistas y otras de exacerbado colorido y trazos.
‘‘Tanto los desnudos deconstruidos como los paisajes sonoros deben considerarse el documento resultante de la interacción del artista con el cuerpo desnudo, así como con una atmósfera sonora. El valor de la pintura contemporánea o incluso de cualquier época reside precisamente en ser el documento de una relación temporal del autor con un determinado entorno y consigo mismo”, sostiene Gritón.
Como parte de esa muestra se exhibe Antena para cambiar al mundo, instalación con una pintura de un mapamundi intervenida con listones de colores con la que su autor, ‘‘a través de las microvibraciones y el efecto mariposa”, busca que la sociedad se transforme en un ente más justo.
Más que verlas como una oportunidad para confrontarse en términos artísticos, el valor de esas exposiciones es que permiten al pintor proseguir con su empeño de concientización sobre la importancia de preservar el náhuatl.
Considera que las acciones de gobierno, incluso de la actual administración federal, son más en términos retóricos y si no se toman medidas ‘‘radicales’’, como volverlo asignatura oficial en las escuelas del centro del país o requisito para trabajadores de determinadas dependencias públicas, el proceso de exterminio de esa lengua que comenzó con la Conquista se consumará en unas décadas.
Breve diccionario... y Documento se pueden visitar en la Centro Cultural Juan Rulfo (Campana 59, colonia Insurgentes Mixcoac). Concluirán el 22 de marzo.