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Aquelarre traduce en arte la fuerza que genera la unión de las mujeres
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▲ Escultura monumental elaborada por Lorena Herrera Rashid, que forma parte de la exposición, cuyo concepto, según la curadora, va más allá de una muestra de arte hecho por mujeres.Foto Órbita Central
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de marzo de 2020, p. 8

Manifestar y expresar todas las fuerzas que se despliegan cuando se reúnen las mujeres es el mensaje que envía Aquelarre: Performing the Witch, exposición cuyo primer capítulo, De lo cotidiano a lo mágico, fue abierto en la Fundación Marso.

Aquelarre es una investigación sobre la figura de la bruja y sus atributos, y cómo éstos están expresados de muy diversas formas en las piezas de las 28 artistas invitadas al proyecto de un año de duración y cuyos otros dos capítulos son Cuerpo y poder, y Revelar lo oculto, expresa Jessica Berlanga, curadora del proyecto junto con Sofía Mariscal, creadora de Fundación Marso, que dejó de ser galería hace dos años. Ahora tiene varios proyectos de índole artístico-cultural y social.

Para la realización de Aquelarre se contó con el apoyo de Efi Artes. Cada capítulo tiene sus artistas invitadas según los temas que trabajan. El concepto va más allá de una exposición de arte de mujeres.

Todo el proyecto, apunta Berlanga, tiene como objetivo “generar una analogía de estos imaginarios de lo femenino que sí creemos son muy transgresores, entendidos desde la bruja como figura autónoma que define su sexualidad, que se transforma en lo que desea ser, que es difícil de conocer, aunque no quiere decir que no esté presente.

También entendemos a la bruja como un cuerpo que produce una serie de conocimientos específicos sobre medicina, creencias, sexualidad y amor. Entonces, la bruja es un sitio de mucho conocimiento del que podemos extraer para hablar de la producción desde lo femenino.

Ver magia en lo cotidiano

En el primer capítulo participan Lorena Herrera Rashid, Perla Krauze, Daniela Libertad, Chantal Peñalosa, Ale de la Puente y Katri Walker. Una de las dos obras de Krauze da la bienvenida a la muestra. Empedrado #36 está concebida como una especie de tapete de fragmentos de piedras que quieren estar juntos y generar un pavimento, aunque de pedacería de deshecho. Al pisarlos y escuchar los sonidos, el espectador entra al lugar de otra manera, te cambia un poco, asegura Krauze.

Según Ale de la Puente, los proyectos escogidos para el primer capítulo tienen que ver con la ilusión de crear algo con lo cotidiano. Para mí, tiene que ver con la observación, con la noción de reconfigurar una ilusión, una vida, dice la artista. Exhibe cinco piezas. Sus bombas en realidad son cosmografías tridimensionales, cuyo interior tiene los materiales para generar un fuego artificial. Si explotan, cambia todo, aunque puede ser una explosión como un fuego artificial que produce emoción. Son de la serie Un segundo después.

Las piezas del primer capítulo tienen mucho que ver con cuestiones de ritual, magia, deidades; con cómo ver lo fantástico en la cotidianidad, el potencial poético en la vida diaria, como una invitación a expandir la imaginación, acota Berlanga.

A partir del segundo capítulo habrá mucho performance, adelanta la curadora. “Hay dos piezas que se van a hacer off site. Una es Pulso, de Tania Candiani, que curé con ella en el Metro de la Ciudad de México en 2016. Se presentará como una gran videoinstalación en el Centro Cultural España. Otra pieza, de Galia Eibenschutz, es un performance en el Colegio de las Vizcaínas.

En paralelo habrá un programa público consistente en pláticas con las artistas, conferencias y mesas redondas. Dentro de un mes se abrirá un micrositio de consulta en línea, con contenidos audiovisuales y los textos de la exposición.

La Fundación Marso se ubica en Berlín 37, colonia Juárez. Para mayor información sobre la muestra, llamar al teléfono 55-3977-2732.