Mientras las autoridades migratorias de Estados Unidos presumieron esta semana un mayor número de deportaciones y avances en la construcción del muro fronterizo, la Secretaría de Gobernación (SG) advierte acerca del uso de redadas en el vecino país.

Esa práctica –dijo– termina por reforzar la criminalización de la migración. Además, las operaciones se convierten en un instrumento de disuasión tanto para los empleadores como para los trabajadores migrantes.

Resulta importante dar seguimiento tanto a los procesos que viven las personas aprehendidas en este tipo de redadas como los efectos que tales operativos tienen en la vida de las personas migrantes y sus comunidades, se concluye en el estudio difundido por la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la SG.

Las cifras más recientes muestran un incremento de 22 por ciento en las deportaciones de paisanos, respecto de 2019. El año pasado, 211 mil 258 mexicanos fueron deportados de Estados Unidos, esto es, 3.7 por ciento más que en 2018. Los paisanos son originarios de Baja California, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Guanajuato y Chiapas.

Entre los deportados destaca la presencia de menores de edad: 12 mil 740 (6 por ciento del total), la mayoría de los cuales fueron devueltos solos, sin la compañía de un familiar adulto. En el origen de las niñas, niños y adolescentes devueltos predomina, Guerrero, Tamaulipas, Chiapas, Oaxaca y Chihuahua.

Las cifras de la UPM muestran un aumento notable en el inicio del año en curso, con 18 mil 218 casos, 4 mil 152 más que en el mismo mes del periodo anterior.

Mark Morgan, director de Customs and Border Protection dijo el jueves pasado que hasta el momento se han construido 131 millas del muro fronterizo el cual, aseguró, reducirá la actividad ilegal.