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Economía moral

Fijar el IVA de automóviles híbridos y eléctricos en tasas cinco y cero

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ace algunos años intenté cambiar el automóvil que tenía por un híbrido y simplemente no me dio el bolsillo, porque los híbridos son más caros que los de gasolina, lo cual se explica porque tienen doble motor y las baterías de litio. Aunque el ahorro en gastos de gasolina (los rendimientos por kilómetro son del doble) va amortizando el mayor costo inicial, esta compensación es lenta. En 2017 viajé a Londres para presentar un libro mío y me sorprendió ver en la calle muchísimos automóviles híbridos. Esta semana, en un trayecto por el sur de la Ciudad de México que me tomó media hora, no vi ningún automóvil híbrido. Según los datos incluidos en el cuadro, en México se vendieron 865 mil 32 automóviles en 2018, de los cuales sólo 2 por ciento fueron híbridos y eléctricos. En 2017 esta proporción había sido de 1.1 por ciento. Es decir, va creciendo: mientras la venta total de automóviles decreció de 992 mil a 865 mil entre estos dos años, la suma de híbridos y eléctricos aumentó muchísimo: de 11 mil en 2017 a 18 mil en 2018, pero en el conjunto de automóviles en circulación (que acumula los modelos recientes y de 20 años o más) la proporción de vehículos de nueva energía como se les está llamando, es bajísima. Por eso es difícil verlos en la calle. En el Reino Unido, según el Financial Times, la venta de autos de nueva energía ya es casi 10 por ciento del total y debe haber empezado a crecer mucho antes que en México. Además, los países europeos han estado incentivando el uso de automóviles de baja contaminación. Quienes viven en Londres y utilizan uno de estos vehículos no pagan la tarifa especial por congestión por circular en el centro de la ciudad. Actualmente, opera un esquema de subvenciones de entre 20 y 35 por ciento del valor de un automóvil de bajas emisiones contaminantes, con un monto máximo de 8 mil libras. Lo anterior ayuda a explicar mis dos percepciones contrastantes, en Londres y Ciudad de México.

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) provenientes del transporte como un todo, representan 20.5 por ciento de las emisiones a escala mundial, pero en México representan 35.1 por ciento del total, según datos del Banco Mundial. El asunto es, pues, de importancia. No sólo se trata de reducir la emisión de CO2 de los automóviles, sino de todos los medios de transporte: vehículos de carga y colectivos de pasajeros; trenes y aviones. El aumento reciente en la venta de automóviles de nueva energía que, como puede verse en el cuadro, han sido en México casi sólo híbridos e híbridos conectables, se puede explicar porque se les ha estado otorgando algunos beneficios. Según lo que encontré en Internet, el más claro beneficio es la no verificación por 8 años, la circulación diaria, descuentos en autopistas urbanas, no pagan (si cuestan menos de cierta cantidad) el impuesto sobre automóviles nuevos (ISAN). En el caso de los eléctricos e híbridos conectables, reciben un permiso de la CFE para tener un segundo medidor en casa para evitar el cambio de tarifa por alto consumo. Pero tanto los eléctricos como los dos tipos de híbridos siguen siendo mucho más caros y el costo de las pólizas de seguro es también más alto. La diputada de Morena, Araceli Damián, presentó en 2017 una iniciativa para fijar el IVA a los automóviles híbridos en 5 por ciento y en 0 por ciento a los eléctricos. En la exposición de motivos describió lo que se está haciendo en otros países en estímulos fiscales al respecto:

“En el Reino Unido se han establecido diferentes medidas para favorecer la compra de automóviles eléctricos. A las empresas cuya flota vehicular sea de este tipo se les exenta por cinco años del pago del impuesto de tenencia vehicular. A los habitantes propietarios se les ha exentado del pago del impuesto anual por circulación, además de que quienes viven en Londres no pagan la tarifa especial por congestión por circular en el centro de la ciudad. Actualmente, opera un esquema de subvenciones de entre 20 y 35 por ciento del valor de un automóvil de bajas emisiones contaminantes, con monto máximo de 8 mil libras… en Alemania se han establecido subsidios de hasta 4 mil euros para automóviles eléctricos y 3 mil euros para automóviles híbridos. Los incentivos fiscales para automóviles eléctricos e híbridos en Japón datan desde 1997… cuando se determinó ofrecer un subsidio hasta de 50 por ciento de la diferencia del costo entre un vehículo a gasolina y un automóvil híbrido o eléctrico mediante el Proyecto para introducir automóviles de energías limpias. En China… para estimular la compra de estos vehículos se estableció un programa de subsidios por 60 mil yuanes para automóviles eléctricos y hasta de 50 mil para autos híbridos. Para el año 2015, las ventas de estos automóviles ascendieron a poco más de 350 mil unidades”.

En el mercado de México el automóvil híbrido o eléctrico más barato cuesta 320 mil pesos. Si en el IVA tuviese tasa cero (incentivo más fuerte que el de exención) costaría 276 mil pesos, 44 mil pesos menos. Una gran cantidad de personas dejaría de comprar un auto mediano de gasolina de ese orden de precio y compraría el híbrido o, mejor aún, un híbrido conectable, que consume todavía menos gasolina que el híbrido y que no tiene los problemas de autonomía actual (por ausencia de puntos de recarga) de los eléctricos. ¿Por qué no se ha aprobado la iniciativa de la diputada Damián o una similar? ¿Qué están haciendo los y las legisladoras de Morena? El cambio del parque vehicular (que está ocurriendo a paso de tortuga en México) en contraste con otros países, no sólo es esencial para el cambio climático, sino también para la salud. Cito otra vez la iniciativa de la diputada Damián:

Se ha mostrado que diversas afectaciones a la salud están directamente relacionadas con la contaminación ambiental. En el mundo, se estima que hasta 24 por ciento de las enfermedades pueden atribuirse a factores ambientales. En México, la situación es muy grave, y según estimaciones del Instituto Nacional de Salud Pública, más de 20 mil muertes al año están vinculadas a la contaminación del aire. Por tanto, la mejora en las condiciones ambientales no sólo tendría un impacto en el bienestar y en la salud de los mexicanos, sino que también generaría ahorro público en servicios médicos a diferentes instituciones de salud y seguridad social del Estado.

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