Jueves 5 de marzo de 2020, p. a11
Teherán. Un cineasta iraní que acaba de ganar el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín recibió un citatorio de las autoridades que cumplir la pena de un año de prisión debido al contenido de sus películas, informó su abogado.
La sentencia de Mohammad Rasoulof deriva de tres filmes que las autoridades de su país consideran propaganda contra el sistema
, explicó el abogado Nasser Zarafshan a The Associated Press. También incluye una orden que le prohíbe hacer películas durante los próximos dos años.
El realizador recibió el citatorio en un mensaje de texto enviado por la judicatura, señaló Zarafshan. Rasoulof no se entregará a las autoridades y apelará, sobre todo en vista de la actual epidemia de coronavirus en Irán, agregó.
Las autoridades ya han liberado a 54 mil presos ante el temor al contagio del virus en el sistema penitenciario.
La prensa estatal no informó de inmediato sobre el asunto y las autoridades judiciales no emitieron declaraciones.
El realizador, ausente en la Berlinale
Rasoulof acaba de ganar el máximo premio de la Berlinale por There Is No Evil. La película cuenta cuatro historias relacionadas con el empleo de la pena de muerte en Irán y la libertad personal bajo la tiranía.
Rasoulof no pudo presentarse a recibir el galardón, porque las autoridades iraníes le prohibieron salir del país.
Los organizadores del festival colocaron una silla vacía y un cartel con el nombre de Rasoulof en la conferencia de prensa acerca de su película. La agencia noticiosa alemana Dpa informó que la hija del realizador, Baran, recibió el Oso de Oro en su nombre.
Rasoulf ya había enfrentado problemas por su trabajo en Irán. En 2011, él y el director Jafar Panahi fueron arrestados por filmar en el país sin una autorización.
Ambos fueron sentenciados a seis años de prisión y se les prohibió hacer cine 20 años bajo cargos que incluyeron hacer propaganda
contra el sistema gobernante, pero la pena de Rasoulof luego fue reducida a un año en una apelación.
Su cinta Goodbye ganó un premio en Cannes en 2011, pero el director tampoco fue autorizado a viajar a Francia para aceptarlo.