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México SA

Pemex: 22 años de pérdidas

/ ¿Sorpresa por el quebranto?

P

etróleos Mexicanos divulgó sus resultados productivos y financieros al cierre de 2019, y acompaña sus números con una advertencia: Cerramos uno de los años más complejos de la historia reciente; la situación operativa y financiera estaba determinada por aspectos negativos, aún por la inercia y los rezagos de los últimos años, (y fueron) afectados por menores ingresos de ventas, en especial exportación de crudo y elevada carga fiscal aplicable aún para el periodo.

Pemex presenta datos que apuntan a cierta recuperación –lenta y aún insuficiente, sin duda– de la ahora empresa productiva del Estado, tras el calamitoso estado en que el gobierno peñanietista la entregó a la nueva administración. Sin embargo, medios, expertos, analistas y conexos enfocan sus baterías a un solo renglón: las pérdidas de la empresa, que en 2019 sumaron poco más de 346 mil millones de pesos, casi el doble que un año atrás.

Sobre esa base, los medios, expertos, analistas y conexos pusieron el grito en el cielo y amenazaron con cortarse las venas por tan tremendo resultado negativo, pero aquí cabe una pregunta: ¿dónde estaba ese grupo de gritones cuando en años previos, uno tras otro, Pemex reportaba pérdidas, y cada vez más voluminosas?

Hasta donde la memoria da, estaban felices y en sempiterna celebración por los grandes logros (marca Onán) de la ex paraestatal, la misma que financiaba sus espacios publicitarios, centros de análisis, investigaciones, contrataciones y demás que los hacía ver todo color de rosa (aunque en los informes financieros de Pemex todo era color rojo), por mucho que si algo ha registrado Petróleos Mexicanos a lo largo de cuando menos los pasados 22 años ha sido, precisamente, pérdidas tras pérdidas aún en periodos prolongados de elevadísimos precios de exportación (por arriba de 100 dólares el barril), como en los tiempos de Fox y Calderón, durante los cuales, dicho sea de paso, la constante fue, más allá de la corrupción, la permanente dilapidación del ingreso petrolero.

Pero de eso los especialistas no vieron nada ni tenían registro, porque sus cuentas generosamente las pagaba Petróleos Mexicanos para acallar protestas, reclamos y chantajes; es decir, les pagaba el mismo gran consorcio del Estado que fue permanentemente saqueado. Y lo mismo sucedió con la reforma energética que todo lo solucionaría, porque –gritaba el coro– llegó el momento de erradicar dogmas y falsosnacionalismos. Y hoy, que ya nada les paga, ni factura, ni subsidia, ni contrata, entonces los especialistas sí ven, y con horror, las pérdidas de Pemex.

Pues bien, con eso de que en este país la memoria es un artículo de lujo, es necesario subrayar que en eso de las pérdidas Petróleos Mexicanos las acumula, de forma permanente, desde 1998, en tiempos de Ernesto Zedillo, en el sexenio del bienestar para la familia, cuando el precio del barril mexicano de exportación llegó a rondar los 10 (diez) dólares, independientemente del saqueo permanente que la Secretaría de Hacienda practicaba (y lo hizo hasta 2019) sobre las finanzas de la entonces paraestatal.

En el segundo y último trienio del zedillato Pemex acumuló pérdidas por cerca de 50 mil millones de pesos (de acuerdo con el registro del consorcio del Estado, el último año con ganancias fue 1997, con cerca de 8 mil millones).

La caída en vertical estaba más que anunciada, pero lejos de reconsiderar acciones y decisiones la tecnocracia saqueadora metió el acelerador a fondo. Así, en el sexenio foxista las pérdidas acumuladas por Pemex sumaron 205 mil millones de pesos, y en el calderonista cerca de 300 mil millones, Y eso que ambos gozaron, como ningún otro gobierno (especialmente el del comandante Borolas), de multimillonarios ingresos petroleros excedentes.

Con Peña Nieto las pérdidas sumaron un billón 140 mil millones de pesos, sin olvidar que la reforma energética prometió inversiones privadas por 200 mil millones de dólares, lo que nunca sucedió.

Las rebanadas del pastel

Entonces, ¿sorprendidos con las pérdidas de 2019?