Miércoles 26 de febrero de 2020, p. 5
Durante la inauguración ayer del Congreso Internacional de Lenguas en Riesgo varias voces se escucharon fuerte para hablar de la urgencia de que sea una realidad la salvaguarda de los idiomas originarios, no como quehacer lingüístico, sino como elemento indispensable para la justicia social.
‘‘Estamos aquí los disidentes del sistema homogeneizador para encontrar nuevas rutas para nuestras lenguas y que la diversidad cultural del mundo florezca”, sostuvo Juan Gregorio Regino, director del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), en el salón Adolfo López Mateos del Complejo Cultural Los Pinos, sede del encuentro.
Además de representantes de los 68 pueblos indígenas de México, participan especialistas de varios países y de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), así como integrantes de 20 academias e instituciones indígenas del país y promotores culturales.
Luego de un ritual náhuatl de bienvenida, con caracolas y sahumerios, en el que se encendió fuego en torno al que danzaron y cantaron 10 personas, Regino dijo que la ONU proclamó el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022-2032) ‘‘que establecerá líneas estratégicas que contribuyan a generar condiciones propicias para la eliminación de la discriminación”, entre otros aspectos.
Es histórico y significativo que ese congreso se realice en la ex residencia presidencial de Los Pinos, continuó el funcionario, pues ‘‘aquí visualizaremos ideas y acciones coordinadas en el mundo, encaminadas a preservar las lenguas, revitalizarlas y promoverlas para que no se apaguen”.
Durante el encuentro, explicó, se afinarán los puntos de la Declaración de Los Pinos, ‘‘documento de carácter internacional que marcará las líneas de acción de la década de las lenguas indígenas en el mundo. Tenemos una oportunidad histórica de mirarnos como sujetos de nuestro propio desarrollo y de transitar de una política lingüística monolingüe a una multilingüe. Nada hace más daño que la ignorancia del que se cree superior y somete. Somos lenguas que hemos sobrevivido sin un estado propio, sin un presupuesto; aun así, somos hoy el reducto más firme y transparente de la sobrevivencia humana. Estamos aquí para construir un mundo donde nadie se quede atrás ni afuera”.
Memoria, justicia y reparación
La joven Ninari Chimpa, indígena de los pueblos otavalo-panzaleo de Ecuador, integrante del Centro Educativo Comunitario Intercultural Bilingüe Yachay Wasi, dijo que niños y jóvenes no quieren hablar sus lenguas maternas ‘‘porque sufrimos de una carencia de emociones y de espíritu. Por eso pedimos a la gente blanca mestiza, a los adultos aquí presentes y a las instituciones que regresen a ver atrás a esos tesoros sobrevivientes, los campesinos indígenas, o a los que están en las selvas, en los manglares, y que siguen hablando sus lenguas.
‘‘El problema es que la lengua no tiene que preservarse sólo como elemento lingüístico, es el medio por el cual podemos hablar con nuestros ríos, nuestras montañas. Es decir, cuando hablamos del riesgo de nuestras lenguas hablamos de injusticia social y ecológica.
‘‘Si nuestra lengua muere, quienes la hablan, la viven, quienes la sienten, quienes ven al mundo desde ella, así de simple, mueren. Muere la diversidad del mundo y la suficiencia alimentaria. Desde este sentir y pensamiento, es urgente que los niños crezcan encariñados desde el corazón con la lengua.
‘‘Es momento de corazonar la academia, corazonar la escuela, corazonar los discursos porque lamentablemente también hay indígenas de cáscara, sólo de discurso, y hablar una lengua indígena es una responsabilidad mucho más grande, porque cuando lo hacemos es necesario también trabajar en la descolonización y en la despatriarcalización, de lo contrario no tiene sentido hablar nuestra lengua, pues de qué sirve traducir al quechua los mismos conceptos colonizadores. Nuestras lenguas exigen y gritan memoria, justicia y reparación.”
Adelfo Regino, titular del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, informó que avanza el proyecto de abrir en Milpa Alta la Universidad de las Lenguas Indígenas y que con el fin de fortalecer el Sistema de Radiodifusión de las Culturas Indígenas, que cuenta ya con una audiencia de 16 millones, el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará el próximo mes en Nacajuca, Tabasco, una radiodifusora que transmitirá en las lenguas maternas de ese estado.
El Congreso Internacional de Lenguas en Riesgo fue inaugurado por la poeta Natalia Toledo, subsecretaria de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura federal, quien apuntó que la encomienda en esa área ‘‘es dar prioridad a los pueblos indígenas marginados históricamente y con los que la nación tiene una deuda. La labor será revertir ese proceso y combatir las ideologías colonialistas que se traducen en racismo”.