Autodestrucción
n el enésimo debate del Partido Demócrata, la novedad del pasado miércoles fue el multimillonario ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien gastó más de 400 millones de dólares para garantizar su inclusión en el debate. Según los analistas, uno de los que se debe haber divertido más fue el presidente Donald Trump, porque algunos de los candidatos se enfrascaron en un toma y daca fratricida.
Lo que pretendió ser la exposición de sus plataformas de trabajo, la forma en que pensaban concretarlas y, no menos importante, reiterar su repudio a la política divisiva y destructiva del actual mandatario, se convirtió en un duelo de acusaciones y contraacusaciones. A pesar de que los mediadores del debate trataron de frenar los reproches mutuos, recordándoles la trascendencia que tenían estos foros, los zipizapes se repitieron. Sin duda, Trump aprovechará las descalificaciones ahí vertidas.
Si de abrir la puerta a la relección al jefe de Estado se trata, los demócratas van por buen camino. Trump usará los argumentos de los propios opositores en contra de quien, a la postre, resulte su contrincante. Es lamentable que la aritmética electoral se haya impuesto en la selección del Partido Demócrata. Es claro que los contendientes sistemáticamente atacan a quien encabeza las preferencias de los electores. Hay quienes consideran que esa discordia es parte del proceso de selección y ya habrá tiempo para superarla. Sería lo deseable, pero que además entendieran que el obstáculo ante la pesadilla de los tres años recientes no es alguno de ellos, sino el huésped actual de la Casa Blanca.
Tras el aplastante triunfo de Bernie Sanders en Nevada, los otros candidatos, particularmente los moderados, tratarán de poner en la balanza la posibilidad de que un candidato que se dice socialista democrático
pueda lograr el apoyo de la mayoría de la sociedad estadunidense. El reto de Bernie estará en reiterar la necesidad de un cambio radical en una nación que apostó por el bienestar de las mayorías, por diversos medios, uno de ellos mediante un amplio programa de reformas sociales. La intención se diluyó y privilegió el asalto de un capitalismo salvaje del que se han beneficiado los menos.