Durante la cena que ofreció la noche del martes a ejecutivos de importantes consorcios internacionales y la presidenta de la Society Council of the Americas, Susan Segal, algunas empresas anunciaron nuevas inversiones en México, según lo dio a conocer el presidente Andrés Manuel López Obrador. Señaló que de la reunión se desprendió que hay confianza en la economía mexicana.

–¿Dieron un monto de cuánto se ampliarían estas inversiones en general?

–Hablaron todos de los montos, pero yo no recuerdo, no hice la suma, pero sí miles de millones de dólares de inversión.

Más adelante agregó: En general, muy optimistas con el futuro económico del país, con el compromiso de mantener inversiones y de ampliar inversiones en el marco del Tratado de Libre Comercio. Fue una muy buena reunión.

Explicó que entre los inversionistas que participaron en el encuentro destacan la empresa Chevron, que tiene contratos asociados a la explotación del petróleo; Amazon, que está realizando inversiones en México, y la empresa Sempra, con la que en meses pasados se tuvo un diferendo por los contratos de gasoductos que se renegociaron.

Sin embargo, refirió que los representantes de Sempra expresaron que ahora quieren invertir, porque quieren transportar gas de Texas a Baja California, embarcarlo y exportarlo a Asia. Es una inversión cuantiosa. Entonces, es muy buena la relación con el sector empresarial de México y en el extranjero.

Hay reglas claras

López Obrador dijo que el optimismo de los empresarios que acudieron el martes por la noche a Palacio Nacional obedece a que anteriormente había desconfianza en función de la vigencia del estado de derecho, ahora ya no hay esta preocupación, ya saben que son reglas claras, que están garantizadas sus inversiones, que no hay corrupción, eso ha ayudado muchísimo. Saben que hay piso parejo para todas las empresas, que no se tienen empresas favoritas que lo acaparan todo.

Relató que el representante de una corporación comentó que tenían en sus políticas como definición invertir en dos países y uno era México, y el secretario de Hacienda preguntó, para no quedarse con la duda, que cuál era el otro país y la respuesta fue: China.