Miércoles 19 de febrero de 2020, p. 6
Tijuana, BC., Federico Campbell fue una persona generosa, un ser multidimensional, señaló el poeta David Huerta en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), donde se rindió homenaje al escritor y editor por su sexto aniversario luctuoso.
Después, en entrevista con La Jornada, Huerta sostuvo que Campbell hablaba de política y literatura, en ese orden, pero en sus libros siempre conservó ese equilibrio, ese trenzamiento, la circulación de ideas fascinantes en el periodismo, la política y sus narraciones, en sus novelas y cuentos.
En el legado de Campbell destacan esos valores, era multidimensional, de una generosidad no sólo en el trato, sino en los hechos y ‘‘de bulto’’, refirió Huerta y recordó que en los años 70, con la editorial La Máquina de Escribir, no sólo encontró a escritores jóvenes, sino que pagó las ediciones; ‘‘nos quedamos estupefactos porque además rotulaba los libros, los distribuía y es una de las visiones de un hospitalario Federico Campbell’’.
En ese sello publicaron el propio David Huerta, Jorge Aguilar Mora, Margo Glantz, María Luisa Puga, Carmen Boullosa, Fabio Morábito, Bárbara Jacobs, Antonio del Toro, José María Espinasa, Carlos Chimal y Juan Villoro.
Huerta apuntó que el escritor tijuanense abrió brecha en la Ciudad de México para autores fronterizos, en alusión a Heriberto Yépez, Rosina Conde y Daniel Salinas Basave, aunque también para redescubrir a la península de Baja California.
Ahora es más leído, celebra Carmen Gaitán, su viuda
En la definición de Huerta coincidió Carmen Gaitán Rojo, su viuda; expresó que fue un privilegio compartir 28 años en los que fue su ‘‘compañero de vida, de amor y de café’’.
La directora del Museo Nacional de Arte sostuvo que tras la muerte de Campbell, éste es más leído por publicaciones en suplementos culturales y por escritos rescatados por la generosidad del Fondo de Cultura Económica, de El Equilibrista y de la Universidad Autónoma de Nuevo León por los que ahora es más reconocido.
‘‘Federico era generoso y bondadoso, modesto, introvertido; no creía en la autopromoción, siempre promovía a otros escritores, lo disfrutaba, le gustaba hacerlo, entre ellos a Daniel Sada’’, añadió Gaitán.
Gustaba hablar por teléfono para enterarse de lo que sucedía en Tijuana, de los escritores, de la política, del narcotráfico, de la era del crimen en la que vive México.
Gaitán Rojo rememoró la relación de Federico Campbell con Italia y con Leonardo Sciascia, considerado su padre espiritual, quien conmovido en Milán, recibió el libro del autor mexicano: La memoria de Sciascia.
Carmen Gaitán manifestó también que Campbell tenía una mirada precisa para las artes y eso lo ayudó para ver a artistas a partir de otros entornos.
El nombre de Federico Campbell volvió a sonar fuerte en su tierra de origen, Tijuana, donde nació el primero de julio de 1941. El escritor y periodista homenajeado falleció el 15 de febrero de 2014, en la Ciudad de México.
