Crisis ambiental sin precedentes
n 1992 Fidel Castro predijo el cambio climático mundial como consecuencia de un capitalismo salvaje y depredador del medio ambiente. Nadie hizo caso y hoy el mundo padece una crisis ambiental sin precedentes que no reconoce fronteras ni ideologías.
En La Habana se habló esta semana de las consecuencias ambientales de los megaproyectos en México y otros países de América Latina. Se habló también de las amenazas a la isla en el actual proceso de apertura económica. Y se pusieron en la mesa riesgos y desafíos. ¿Cómo soportar un turismo masivo y consumista que llega en enormes cruceros a la isla? ¿Qué pasará con la vida de cara al mar cuando el muro del malecón ya no pueda contener la fuerza de las olas, como se tiene previsto en el corto plazo?
La Fundación Rosa Luxemburg abrió el espacio para que en la emblemática isla se hablara de los saldos y deudas de los gobiernos progresistas en América Latina. En Honduras no hemos tenido ninguno
, dijo un participante del país centroamericano. Quizás no se han perdido de nada
, respondió un mexicano en el público.
Al discutir las posibles alternativas a los megaproyectos, se coincidió en que las respuestas deben de encontrarse en las comunidades que habitan y cuidan sus territorios. Nada puede hacerse sin ellas, y mucho menos por encima de ellas. Hubo referencias a proyectos no depredadores en el ramo turístico, como el que se realiza en Los Cayos con la participación local de los pobladores en todas las definiciones. O como el proyecto comunitario de Las Florecitas de Xcanan, en Xpujil, Campeche.
Los temas que en otros momentos han sido difíciles de ventilar en Cuba, se abren paso ante la emergencia global que no admite dilaciones. Aquí, es cierto, no hay empresas trasnacionales que se pongan por encima de la vida, ni asesinatos y criminalización de defensores del medio ambiente, como en Honduras, Colombia y México, donde crecen las cifras de manera alarmante.
Los Megaproyectos, se dijo, no son propuestas desde los pueblos, a ellos no se les ocurren. La disyuntiva no es mitigar el impacto, sino que no haya impacto.