Durante 10 meses Emilio Lozoya Austin logró evadir a la justicia mexicana que pretende juzgarlo por la comisión de operaciones con recursos de procedencia ilícita, cohecho, asociación delictuosa y ejercicio indebido del servicio público, así como por haber recibido entre 2009 y 2012 sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y en 2015 transferencias financieras ilegales del empresario Alonso Ancira, propietario de Altos Hornos de México, que en total superan 12 millones de dólares.

El ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) se refugió en Europa, mientras en México su defensa buscó obtener la protección de la justicia federal con el fin de que enfrentara sus procesos en libertad, ya que los delitos que le imputan no están tipificados con prisión preventiva oficiosa. Sin embargo, al haber huido del país, el Ministerio Público Federal podrá solicitar que le nieguen el beneficio de la libertad bajo fianza.

Lozoya se convirtió en prófugo al no comparecer ante los jueces que libraron órdenes de aprehensión en su contra por la presunta recepción de sobornos por 10.5 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht, con la finalidad de beneficiarla con contratos de obra pública una vez que fue designado titular de Pemex. Ayer fue detenido en España.

El segundo mandamiento judicial en su contra se relaciona con la compra que realizó en 2015 Pemex de la empresa Agronitrogenados –una compañía considerada chatarra por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), ya que se pagaron más de 500 millones de dólares cuando sólo debía liquidar 15 millones–, de acuerdo con los informes que presentó la petrolera mexicana ante la Fiscalía General de la República (FGR).

Respecto de los presuntos sobornos relacionados con la compra de Agronitrogenados, Lozoya Austin recibió un millón 500 mil dólares el 7 de noviembre de 2012, y el 13 del mismo mes un millón 80 mil dólares, recursos que supuestamente se utilizaron para la adquisición de una residencia a pie de playa en Ixtapa Zihuatanejo, en el estado de Guerrero.

En enero de 2017 la actual Fiscalía General de la República (FGR) inició una carpeta de investigación contra Emilio Lozoya Austin tras confirmarse en Estados Unidos que la brasileña Odebrecht entregó sobornos a funcionarios de diversos países, entre ellos, quien fue director de Pemex.

Luego de dos años, el Ministerio Público judicializó el expediente en el cual se imputó a Lozoya Austin haber recibido 10.5 millones de dólares.

Los representantes de Ode-brecht declararon a la FGR que Lozoya Austin realizó actividades de asesoría en 2009 para la empresa brasileña y orientaba de manera directa al entonces director superintendente de esa compañía en México, Luis Alberto de Meneses Weyll, con el fin de que pudieran desarrollar negocios antes de 2012. Y cuando llegó a la dirección ofreció su apoyo a nivel de decisión del Consejo de Administración de la petrolera mexicana para que Odebrecht fuera beneficiada con la adjudicación de obras.