Caracas. El gobierno de Venezuela informó ayer que eximirá a la petrolera estatal PDVSA y a sus empresas comunes con compañías extranjeras del impuesto sobre la renta. La medida se da a conocer cuando las sanciones de Estados Unidos contra Petróleos de Venezuela, diseñadas para presionar la salida del poder del presidente Nicolás Maduro, cortan los canales de la compañía con el sistema financiero global.

El Estado venezolano tiene como objetivo ejecutar un plan integrado para aumentar de manera sostenida las capacidades productivas del sector petrolero, se explicó en el decreto publicado en la Gaceta Oficial, fechada el 28 de enero, pero distribuida ayer.

La medida se conoció un día después de que el líder opositor Juan Guaidó regresó al país tras haber salido de manera clandestina el 19 de enero, pues tiene prohibición de viajar al extranjero porque enfrenta varias causas judiciales. El último punto de su gira fue Washington, donde lo recibió el presidente Donald Trump, quien ha aumentado las sanciones contra la república bolivariana, y le prometió aplastar la tiranía de Maduro.

Guaidó fue recibido con insultos y empujones de trabajadores de la aerolínea estatal Conviasa, sancionada por el régimen de Trump.

El líder opositor anticipó nuevas sanciones internacionales contra el régimen venezolano y más protestas callejeras. Aseguró, además, que está desaparecido su tío Juan José Márquez, quien lo acompañó en el vuelo comercial que tomó desde Lisboa para retornar al país. Márquez fue detenido la tarde del martes para una supuesta inspección de las autoridades tributarias. Guaidó dijo desconocer el paradero de su familiar y responsabilizó a Maduro de su integridad.

Más tarde, la diputada opositora Delsa Solórzano tuiteó que Márquez fue trasladado a tribunales, informó el diario El Nacional en su portal.

En un revés para Guaidó en el terreno internacional, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se refirió al mismo como líder de la oposición en su reciente visita a Madrid, lo que fue rechazado por el conservador Partido Popular, cuyo líder, Pablo Casado, consideró que el jefe de gobierno socialista degradó a Guaidó, quien tiene el reconocimiento de presidente encargado de Venezuela por más de 50 países encabezados por Estados Unidos.

Poco después, Cayetana Álvarez de Toledo, vocera del Partido Popular en el Congreso, pidió al gobierno una rectificación pública y lo acusó de asumir el lenguaje del chavismo.