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Ineficaces, plantas de tratamiento de aguas negras en el corredor tarasco
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 8 de febrero de 2020, p. 20

Morelia, Mich., Las plantas de tratamiento de aguas negras instaladas en los alrededores de los lagos de Pátzcuaro, Cuitzeo y Zirahuén apenas si limpian 20 por ciento de los desechos líquidos que van a dar a los embalses, según la Comisión Estatal de Agua (CEA) y autoridades municipales. A esa crisis ambiental hay que sumar escurrimientos de plaguicidas y deslaves que han dañado la vida acuática de peces y vegetación.

En la ribera del lago de Pátzcuaro habitan al menos 140 mil personas y 10 plantas de tratamiento operan en forma deficiente o están sin funcionar. Sólo en la cabecera municipal viven 80 mil personas, más los turistas que a diario llegan. El ayuntamiento sólo destina 15 millones de pesos anuales para sanear las aguas, informó Germán Tena, coordinador de la CEA.

También descargan aguas negras las cabeceras municipales de Erongarícuaro, Quiroga, Tzintzuntzan y otras comunidades riberereñas. Aun así, la actividad pesquera es apenas de sobrevivencia para cientos de pescadores, incluso el emblemático pescado blanco está en extinción; hay quienes apenas obtienen un kilo de esa especie que mide no más de 15 centímetros.

No hay interés de los ayuntamientos en invertir en obras hidráulicas porque no se ven la ley no los obliga a operar plantas de aguas residuales que son costosas; les resulta más fácil pagar las multas a la Comisión Nacional de Agua, que luego devuelve parte del recurso con alguna obra.

En la cabecera municipal de Tzintzunzan, ubicada en la parte norponiente de la ribera del lago de Pátzcuaro se invirtieron más de 10 millones de pesos en la planta de tratamiento, pero sigue sin funcionar y las descargas de aguas negras van directo al lago.

Según grupos ambientalistas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y del Instituto Politécnico Nacional, el lago de Pátzcuaro sigue perdiendo cada vez más superficie y profundidad por desechos y contaminación.

Una propuesta de rescate presentada el año pasado no convence, porque además de costosa no hay garantías de la recuperación de este embalse de 926 kilómetros cuadrados.

Cuitzeo, en agonía

El lago de Cuitzeo tiene más de 4 mil kilómetros cuadrados y al menos 40 por ciento de esa superficie tiene graves problemas de contaminación. Las aguas residuales que llegan al embalse provienen de Morelia, Tarímbaro, Cuitzeo, Álvaro Obregón, Copándaro, Santa Ana Maya y Chucándiro.

En Atapaneo, municipio de Morelia, hay dos plantas de gran tamaño que tratan mil 400 litros por segundo, pero muchas descargas no pasan por esa instalación, aunque las autoridades del ayuntamiento han sostenido que se limpia 70 por ciento de las aguas residuales.

Salvo esas, en el resto de municipios no hay plantas de tratamiento o son muy pequeñas, como las tres que hay en Álvaro Obregón.

El investigador de la Nicolaíta, Alberto Gómez Tagle, declaró a un medio local que la planta tratadora de aguas negras de Atapaneo “es otra obra equivocada, porque en lugar de construir una planta gigantesca se debieron edificar varias pequeñas y escalonadas en la cuenca, a lo largo del río grande de Morelia. Esa planta tratadora y recicladora de agua hace 30 años sería funcional, pero ahora es obsoleta; así nos damos cuenta de que las decisiones de gobierno son sesgadas, antisustentables y sin beneficios para la cuenca, dijo.

El lago de Cuitzeo tiene gran superficie, pero en más de 80 por ciento su profundidad no supera el metro de altura. Tanto Pátzcuaro como Cuitzeo pierden profundidad y superficie. Además de los desechos de los drenajes el nivel de evaporación es muy elevado, a lo que habría que agregar la irregularidad en las temporadas de lluvias.

El lago de Zirahuén ha sido el más sustentable, con superficie de 10.4 hectáreas, y hasta 80 metros de profundidad. Sin embargo, en los cinco años recientes más de 10 mil hectáreas de bosques que lo rodean fueron deforestados.

Según habitantes de Zirahuén, muchos ejidatarios vendieron sus bosques a particulares y ahora son huertas de aguacate y residencias de fin de semana. Hace unas dos décadas hubo intención de crear un club de golf, pero lo impidió el activista Efrén Capiz, ya fallecido.

Lo grave del desastre ambiental lo han provocado los plaguicidas y químicos que se utilizan en el cultivo de aguacate. Hace un año, la superficie del lago tomó un tono verdoso después de haber sido de azul profundo.

Presencia de metales en el lago Zirahuén

El investigador de la universidad Nicolaíta, Gómez Tagle, afirmó que el lago Zirahuén requiere atención inmediata, pues en sus aguas hay fósforo y metales, a causa de los productos químicos que se utilizan en la actividad agropecuaria, y el cambio de uso de suelo, para el cultivo de aguacate.

En la cuenca de este lago operan dos plantas, una en Santa Clara del Cobre y otra en Opopeo, municipio de Salvador Escalante, pero está incompleto el sistema de colectores de las dos localidades.

El alcalde de Salvador Escalante, Jesús Lucas Ángel, declaró que hay emergencia ecológica en el lago de Zirahuén por la presencia de algas, y coincidió con el investigador de la Nicolaíta de que hay descargas de agroquímicos.