l pasado mes de enero, un negocio privado de nombre Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES) publicó un documento de 35 páginas con el pretencioso título Análisis de Desempeño de Universidades Públicas Estatales en México
(sic). La lectura de este documento permite afirmar que ese título es un engaño. Ese supuesto análisis
no es sino un artero juicio sumarísimo de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
De inmediato, basado en ese análisis
, el diario Reforma publicó dos escandalosas notas, una titulada Sale cara la UACM y los alumnos no rinden
y la otra Salen peor evaluados tras pasar por la UACM
; estas notas y el análisis
en que se fundan, difaman a esta universidad y afectan los intereses de sus maestros, sus trabajadores y sus estudiantes.
El responsable del documento y director de ese CEES, es economista que ostenta un doctorado por el ITAM y un currículo que incluye altos cargos tanto en el ámbito educativo mexicano, como en el extranjero y en organismos internacionales (durante el gobierno de Felipe Calderón fue subsecretario en la SEP).
La falta de ética del CEES y del staff de Reforma que redactó las notas, es ilustrada, por ejemplo, por el hecho de que ninguno de ellos se dirigió a la UACM, o a alguno de sus responsables, para corroborar la información en que pretenden sustentar sus difamaciones. Ni siquiera sustentan sus dichos en documentos de la propia universidad; en la bibliografía (52 elementos) solamente uno se refiere expresamente a la UACM (su sitio de Internet) y de él no toman la amplísima información que tiene acerca de esta institución, sus fines, su filosofía, la justificación de su proyecto (o modelo).
Tampoco se ocuparon de la ya amplia bibliografía y hemerografía que hay acerca de esta joven institución: libros, ensayos, artículos, tesis de licenciatura, maestría y doctorado de diversas instituciones de reconocido prestigio.
La UACM es una institución pública, abierta como pocas al escrutinio público. Todas las decisiones importantes (tanto académicas como administrativas) se toman en el Consejo Universitario (paritario de maestros y estudiantes) cuyas sesiones son públicas y sus acuerdos se publican en la página de la propia universidad.
Hace poco tiempo, con una apertura poco usual en nuestro medio, la UACM invitó a otras instituciones universitarias a que realizaran una evaluación de su proyecto (de la propia UACM) y de sus realizaciones. Con generoso espíritu universitario ( ad honorem), el Instituto de Investigaciones Educativas (Inide) de la Universidad Iberoamericana respondió afirmativamente y después de un serio, intenso y responsable trabajo académico de cerca de dos años (que incluyó visitas a la institución, entrevistas, investigaciones), produjo un informe de 240 páginas. En ese informe, sin contemplaciones, se señalan los retos de la UACM, sus deficiencias, pero también las virtudes de su proyecto y los indiscutibles resultados que la comunidad universitaria ha logrado, a pesar de las condiciones adversas en las que ha tenido que trabajar, adversidades que tienen como explicación venales intereses políticos que aparecen nuevamente. A este respecto podrían consultar, por ejemplo, el libro La fundación de la UACM, entre la descalificación y el silencio, producto de una tesis doctoral presentada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Son notables las diferencias (contradicciones, valoraciones) entre las conclusiones de esta evaluación que el Inide de la Ibero hizo de la UACM, y las acusaciones sin fundamento del CEES y el periódico Reforma. Por ejemplo, “La evidencia presentada en este informe –concluye la evaluación del Inide–, permite afirmar que la UACM hace una importante contribución al logro de la equidad en la educación superior si se considera la dimensión del acceso”. Uno de los resultados más notables de la universidad corresponde a la cristalización de su propósito de abrir las puertas de la educación superior a la población que ha padecido, o se encuentra vulnerable de la exclusión educativa
(p 37). El documento del Inide da datos contundentes al respecto y muestran que “la experiencia de la UACM revierte de manera significativa la tendencia nacional (p 49).
En cambio, para los analistas del CEES, la UACM ha fracasado en su tarea de atender a la población marginada porque, según ellos, solamente ha logrado atender a un 2 por ciento de la población objetivo y ofrece una educación de mala calidad y muy costosa
.
Es evidente que la cobertura lograda por la UACM es proporcional a la magnitud de los recursos que se le han asignado y que a partir de 2016 se le han restringido; y respecto a la calidad
de la educación en la UACM, los indicadores que usa el CEES son ridículos: a) la supuesta no correspondencia de los programas de la UACM con los requerimientos de los mercados laborales presentes, y b) la proporción de maestros con doctorado
. No valora, en cambio, que como ellos mismos señalan, la proporción de profesorado de la UACM con dedicación de tiempo completo es la más alta entre las universidades comparadas (incluyen a la UNAM, la UAM, el IPN, instituciones en las cuales los profesores por horas
son 70 por ciento o más).