El Reclusorio Preventivo Varonil Sur presenta diversos problemas en su operación, como autogobierno, realización de actividades y cobros ilícitos, y condiciones deficientes en materia de alimentación e higiene, de acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2019.

En el documento, elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), se indica que el Reclusorio Sur obtuvo una calificación de 7.21 puntos –en una escala del cero al 10–, lo cual incluso significaba una tendencia al alza con respecto a evaluaciones de años anteriores.

Sin embargo, los autores del análisis también señalaban que uno de los rubros donde seguía habiendo más deficiencias en dicho centro de reclusión era el de las condiciones de gobernabilidad.

Aunque en el Reclusorio Sur no se observó hacinamiento (tiene capacidad para albergar a un total de 4 mil 841 internos y hoy tiene a 3 mil 476), la CNDH advirtió que hay insuficiente personal de seguridad y custodia, deficiencias en el procedimiento de imposición de sanciones disciplinarias, autogobierno y presencia de actividades y cobros ilícitos.

De igual forma, se documentó que existen deficientes condiciones materiales, de higiene y de alimentación de los internos, así como fallos en la atención a personas en condiciones de aislamiento o que viven con VIH.

En contraposición, los aspectos en los que la CNDH había notado una atención apropiada eran la distribución de personas privadas de la libertad, la supervisión del funcionamiento por parte del titular de la prisión y la capacitación del personal penitenciario, entre otros puntos.

Al presentar el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2019 el año pasado, el anterior ombudsperson, Luis Raúl González Pérez, señaló que aunque ha habido algunas mejoras en el sistema carcelario, todavía persistían abusos e irregularidades que, si no se vigilan y atienden adecuadamente, pueden ser focos de inseguridad, violencia, corrupción e impunidad.