El Partido Revolucionario Institucional (PRI) recortará este año poco más de 20 por ciento su gasto de nómina y destinará 17 por ciento tan sólo al pago de la deuda bancaria cercana a los 300 millones de pesos.

En ese contexto, el Consejo Político Nacional (CPN) pidió a los dirigentes del partido presentar este mes un plan de austeridad en el que se incluyan medidas para bajar el gasto elemental, como teléfono, agua y luz, entre otros.

Asimismo, se ordenó evaluar el gasto y valor del patrimonio inmobiliario del partido para verificar la posibilidad de aplicar un recorte por esa vía o poner en renta espacios y servicios, a fin de generar ingresos, porque el CPN determinó no adquirir nueva deuda en 2020.

Como se informó esta semana, el PRI tendría en el año que transcurre un financiamiento público (prerrogativas) de 861.1 millones de pesos, sin contar la posibilidad de otros ingresos, por lo cual hay un impacto significativo a la baja respecto de los dos años anteriores, cuando tuvieron mil 130 y 944 millones de pesos, respectivamente.

La comisión de presupuesto precisó que el gasto para nómina será de un tercio del total disponible, es decir, unos 270 millones de pesos, y debe preverse el apoyo a las dirigencias estatales y para actividades específicas, como grupos de mujeres.

Propone entonces un manejo financiero del partido austero, acorde a los ingresos, y congruente entre el gasto de operación y nómina. Adicionalmente, revisar el pago de cuotas partidistas de gobernadores, senadores, diputados, consejeros, dirigentes municipales y estatales, así como legisladores locales.

La comisión de finanzas será la responsable de la instrumentación de las medidas de austeridad y disciplina del gasto.

Situación ruinosa

En cuanto a este panorama, René Juárez Cisneros, ex dirigente nacional del PRI y actual coordinador de los diputados del tricolor, advirtió que un recorte al financiamiento público de los partidos, como propone la fuerza política mayoritaria (Morena) y el Presidente de la República, dejaría al priísmo en situación ruinosa.

Nos quitan los brazos, las piernas, expresó. Estamos dispuestos a ajustarnos el cinturón, pero eso, no (recorte de 50 por ciento a las prerrogativas de los partidos), señaló en entrevista.

La realidad del partido, agregó, no es la mejor desde el punto de vista financiero, pero se hará el esfuerzo para operar con eficacia y eficiencia nuestros programas básicos.

Lo más importante, dijo Juárez Cisneros, es que se está procurando una reunificación de los priístas y apostarle a la unidad.

En cuanto al último punto, se le preguntó acerca de la posición de los 12 gobernadores emanados del tricolor y el propio partido, por el tema del nuevo esquema de salud pública, propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien los mandatarios priístas se reunieron el lunes pasado para informarle de la aceptación a su plan, al mismo tiempo que el PRI emitía un boletín de rechazo al mismo.

Juárez dijo que, en efecto, hay diferentes opiniones porque, en principio, los gobernadores saben que deben tener una comunicación integral con el jefe del Ejecutivo, más aún en el tema de salud, pero en el partido –explicó– prevalece una posición distinta que no significa división. En los partidos ya no hay unanimidad, eso ya se acabó, aseguró.