La reforma educativa impulsada en el sexenio pasado no sólo destruyó el tejido social de las escuelas, también judicializó las relaciones entre maestros y padres de familia, quienes se han convertido en vigilantes del docente, afirmaron especialistas de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Destacaron que la reforma educativa de este sexenio no le quitó los dientes a la producción del sujeto neoliberal, el cual fue el objetivo central de la reforma peñista, y también se busca atomizar las relaciones escolares, es decir, volver a los directores, a los profesores y alumnos sólo responsables de sí mismos.

Lucía Rivera, experta en el estudio de reformas y políticas educativas de formación básica, señaló que en los planteles hay múltiples tensiones que ninguna política pública está atendiendo, lo que sólo aumenta la precarización de la labor educativa.

Marcelino Guerra y Roberto González, profesores-investigadores de la UPN y expertos en el sistema educativo, subrayaron que lejos de desmontarse la visión neoliberal de la educación, en la actual administración federal se optó por profundizarla.

La reforma de Enrique Peña Nieto no fracasó, afirmó González, porque es de largo alcance. Estamos viviendo el momento obradorista de la reforma neoliberal, que consiste en legitimar la reforma anterior, aunque se haya eliminado la evaluación denominada punitiva, pero en todas sus otras facetas se está profundizando.

Guerra destacó que prevalece una precarización no sólo de la labor docente, sino de la educación, donde se busca formar sujetos que aceptan la sobrecarga de trabajo, que se autoexplotan para mantener el consumo y la deuda, y además ser deudores disciplinados que pagan lo que deben y sus intereses.

La clave, dijo, está en la problematización y en reconocer que hay una serie de factores que se van entretejiendo y que están incidiendo en la construcción de mercados educativos dentro de las escuelas, que van desde cursos hasta convenios por servicios con empresas privadas.

Rivera resaltó que en la Cuarta Transformación la construcción del sujeto neoliberal resulta aún más peligrosa que con la estrategia del sexenio anterior, que fue abierta, violenta, de garrote, pero en esta es como escuchar el canto de las sirenas, con un discurso de superación personal, por lo que resulta aún más difícil evidenciar y hacer visible todo este proceso que no ha concluido y que, por el contrario, se sigue profundizando.

Hay una nueva estrategia envolvente, señala, que ha atrapado a muchos maestros que consideran o que no hay nada nuevo en programas como la Nueva Escuela Mexicana o que lo aceptan de manera acrítica, lo que hace aún más complejo abrir un verdadero debate sobre el futuro de la educación.

Aceptaron que hay resistencias a este proceso de construcción del sujeto neoliberal, pero enfrentan el desafío de estar desarticuladas.