Viernes 24 de enero de 2020, p. 9
A poco más de tres meses de que se venza el plazo para que el Legislativo regule el uso lúdico, medicinal e industrial de la cannabis, diversas comunidades originarias expresaron su interés en obtener licencias para sembrar la planta y así reactivar la economía y el empleo en las zonas donde habitan.
Viajan del norte del país a la CDMX
En tal sentido Enoel Carrasco Jordán, presidente del Gran Consejo Supremo de la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, y Héctor Manuel Benton Martínez, maestro de medicinas sagradas de Baja California Sur, de la etnia pericú, viajaron a la Ciudad de México para solicitar al presidente Andrés Manuel López Obrador, que dichas comunidades puedan obtener las licencias una vez que se apruebe la propuesta de ley sobre la regulación de la mariguana. Ha habido pláticas con otras comunidades, por ejemplo otomíes, y existe interés en el rubro, pues la legislación contemplará que hasta 40 por ciento de las licencias se otorguen a campesinos e indígenas.
En el caso de tarahumaras y pericúes la intención es aprovechar el uso industrial de la planta.
El cáñamo no tiene sicoactivos, se utiliza para fines industriales. La idea es que nos dejen empezar con eso y cuando se abra otro uso (para consumo lúdico y farmacéutico) empezamos con ello
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Incursionan en el uso industrial de la planta
Incluso, consideran que como el cáñamo puede generar materiales para construir viviendas, sería beneficioso para otro aspecto del desarrollo económico. Además, si se reactiva la economía de la zona, disminuirá la migración, la violencia y las adiciones. El cáñamo también podría tener un impacto positivo en revertir la deforestación, comentaron los representantes de pueblos originarios.