El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) requiere 3.2 por ciento del producto interno bruto (PIB) de 2019 –seis veces más de los 122 mil 538 millones de pesos que tiene este año– sólo para cubrir la oferta médica que promueve el gobierno federal, advirtió en agosto pasado el Centro de Investigación y Estudios Presupuestarios (CIEP).

Adicional a ese monto, faltan los recursos para mejorar la infraestructura prometida por el presidente Andrés Manuel López Obrador en días recientes, explicó en entrevista con La Jornada, Judith Méndez, coordinadora de Salud y Finanzas Públicas de la organización académica y autora del informe Consideraciones de impacto presupuestario ante la Iniciativa de creación del Insabi.

Lo que nosotros estimamos fue sólo por el costo de atención. Sería un monto diferente si es para infraestructura. Como todo en presupuesto es suma cero, si lo vas a tomar para infraestructura vas a dejar de tener recursos para atención, explicó.

Es decir, se requieren 852 mil 355 millones de pesos, sin contar el presupuesto para el Seguro Popular, el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud e infraestructura. Ese monto no sólo supera los recursos del Insabi, sino todo el gasto en el sector.

No logramos identificar un esquema de financiamiento que sea congruente con lo que se está ofreciendo; las preocupaciones que se mantienen ante la falta de reglas de operación, explicó.

La incongruencia entre los recursos con que cuenta el Insabi para dar cobertura universal a toda la población, cueste lo que cueste, realzan el riesgo de que termine con efectos como los del Seguro Popular: incrementar el costo de bolsillo para los usuarios, pese a mayor cobertura.

Lo que hemos visto en años anteriores es que el gasto per cápita del Seguro Popular fue bajando y le seguían sumando afiliados, pero la erogación de bolsillo siguió subiendo. Es algo que podría pasar con el Insabi, señaló.

Mientras las tasas de atención a afiliados del Seguro Popular estaban por debajo de 50 por ciento en los últimos años, las de servicios privados se contaban por arriba de 200 por ciento.

Aun con la fórmula general de la administración actual para generar recursos: combate a la corrupción, reducción de burocracia y compras consolidadas, el ahorro rondaría apenas 0.5 por ciento del PIB.

“Al menos en el discurso se ha movido este tema como prioridad del gobierno. El problema de fondo es un gasto insuficiente.

“Si sumamos todos los subsistemas (incluido el Instituto Mexicano del Seguro Social), México destina 2.5 por ciento del PIB a salud, y si a eso le sacas el 20 por ciento, a lo que puedes llegar es a 0.5.

Sí puedes tener ahorros y ser más eficiente, pero en el caso de México topas necesariamente con destinar más, porque la bolsa es tan pequeña que tus ahorros van a ser igual de pequeños, resumió.