La irrupción de centenares de migrantes hondureños en territorio nacional obedeció al engaño de sus líderes, quienes les aseguraron que habría paso libre por México hasta la frontera con Estados Unidos, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador. Atribuyó el uso de gases lacrimógenos de parte de la Guardia Nacional a un hecho aislado que derivó de agresiones por parte de los indocumentados, pero hay la instrucción de no usar la fuerza.

Por otro lado, informó acerca del reforzamiento de la presencia de fuerzas federales en Guanajuato, tanto de la Guardia Nacional como del Ejército y la Marina con el fin de enfrentar la situación de inseguridad que se expresa centralmente en la elevada incidencia de homicidios en la entidad, que en ocasiones alcanza hasta 20 por ciento del total en el país.

Señaló que en días pasados comenzó a descender esta cifra, pero volvió a repuntar, por lo cual ofreció a los guanajuatenses respaldo ante esta situación.

Al abundar sobre el problema migratorio, López Obrador indicó que los integrantes de la Guardia Nacional no cayeron en la trampa que implicó que les arrojaran piedras: resistieron, no se cayó en responder con violencia, que es lo que posiblemente buscaban los dirigentes de estas caravanas y nuestros adversarios, los conservadores.

Subrayó que al percatarse de que fueron engañados sobre el cruce por territorio mexicano, los indocumentados también se dieron cuenta de las opciones de obtener trabajo en México o retornar a sus países, donde se les gestionó la posibilidad de obtener empleo. Por ello, agregó, este martes regresaron entre 200 y 300, con la expectativa de que una cantidad similar optara por esta alternativa.

Insistió en que la estrategia pretende evitar que los migrantes sean enganchados o víctimas de la delincuencia, aunque reconoció que las acciones instrumentadas generan mucha polémica. El que no tiene la razón recurre a la fuerza bruta, el que tiene la razón no tiene por qué utilizar la fuerza.

En relación con los índices de seguridad, atribuyó la incidencia de homicidios en el país a la resaca de una política de seguridad fracasada que apostó a la fuerza y en cuyo gobierno, ahora se sabe, había corrupción. Pruebas, pruebas, pruebas. ¿Cómo se llama el que está preso? Genaro Luna, García Luna. Pruebas, pruebas, pruebas. Genaro García Luna. ¿Ya para qué hablamos más?, ¿qué más pruebas?

Hizo un paralelismo entre seguridad y migración, porque ahora hay quienes quieren hacer un escándalo grande si hay una violación de derechos humanos con los migrantes cuando en ese sexenio había altos índices de letalidad en enfrentamientos de las corporaciones con delincuentes.

En este contexto, con el propósito de reducir las muertes de elementos de los cuerpos de seguridad, López Obrador mencionó que se ha apostado por privilegiar las acciones de inteligencia. Cuando se tiene una buena investigación y hay inteligencia, el riesgo de quienes llevan a cabo los operativos es menor.

Sin embargo, el mandatario declinó polemizar acerca de interpretaciones sobre los índices delictivos pues, según dijo, si se atiende a los datos de la Fiscalía General de la República los delitos federales en el país se han reducido, entre los cuales resaltó el robo de autos. Los adversarios, acotó, tienen la piel muy sensible, por lo que ya no abundó en el tema.