A la par del alza en el desempleo, la tasa de condiciones críticas de ocupación también va en aumento. En el pasado reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se expone un crecimiento de tres puntos porcentuales, pues en diciembre de 2018 se encontraba en 15.3 por ciento y al mismo mes de 2019 creció a 18.8 por ciento.

Para el Centro de Modelística y Pronósticos Económicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dicho incremento refleja que ha aumentado la precarización laboral pues éste es un indicador de condiciones inadecuadas de empleo desde el punto de vista del tiempo de trabajo, los ingresos o una combinación de ambos.

Eduardo Loría, coordinador del centro, expuso que “frente a los pronósticos –que son bastante tristes– de crecimiento en este sexenio, creemos –y hemos hecho escenarios hasta 2024– que donde se va a ir el problema del mercado de trabajo en México es hacia la gente en condiciones críticas de ocupación”.

La situación, explicó, es que no crece la producción económica pero sí aumenta la población en edad de trabajar. En este contexto, continuó, las personas buscan salidas; antes, en los años 80 y 90, migraban hacia Estados Unidos, ahora la opción es tener empleos precarios.

Indicó que en este escenario están las personas que trabajan más de 48 horas semanales y ganan menos de dos salarios mínimos, o tienen dos empleos, pero reciben hasta un minisalario adicional. O que están empleadas, pero su jornada semanal es de menos de 35 horas y obtienen hasta un sueldo mínimo.

Ninguna de las dos condiciones es buena en términos de calidad de vida, de condiciones laborales, de productividad e incluso de salud pública, porque alguien que trabaja 48 horas tiene un estrés personal y laboral muy fuerte, destacó.