Un Supertazón de revanchas
a victoria de los Jefes de Kansas City sobre los Titanes de Tennessee les permitió regresar a un Supertazón, donde el próximo 2 de febrero se enfrentarán a los 49ers de San Francisco, cuya ausencia no ha sido tan prolongada, pues apenas hace unos cuantos años disputaron, aunque perdieron, el juego de campeonato de la NFL ante los Cuervos de Baltimore.
Mientras los Jefes pueden presumir de haberse coronado el 11 de enero de 1970 ante los Vikingos de Minnesota en el vetusto estadio de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, habrán trascurrido 50 años y unos días cuando enfrenten a San Francisco, que tras su aplastante victoria sobre los Empacadores de Green Bay, más que en el marcador, por lo que sucedió en el terreno de juego, será un rival formidable para la que presume ser la mejor ofensiva de la Liga, aunque los de la Bahía, bueno, ex, porque ahora juegan en Santa Clara, California, dieron una soberbia demostración de lo que es tener una gran defensiva.
San Francisco cayó precisamente en Nueva Orleans, pero en el Superdomo ante los Cuervos el 3 de febrero de 2013, y no se veía cómo pudieran revivir aquella majestuosa década de los 80, cuando ganaron cuatro titulos de la mano de Joe Montana y luego otro más con Steve Young. Sin embargo, aunque muchos opinen lo contrario, yo soy de los que creen que se sacaron la lotería cuando los Patriotas de Nueva Inglaterra decidieron vender a Jimmy Garoppolo en la semana ocho de la campaña de 2017, luego de haber sido el remplazo de Tom Brady en las dos primeras semanas de esa campaña por la suspensión del Deflagate, y que, a todas luces, era un valor extraordinario que se estaba enmoheciendo en la banca allá en Foxboro.
El caso de Jimmy es similar en cierta forma al de Aaron Rodgers, quien tuvo la paciencia, afortunadamente, de esperar a que Brett Favre finalmente saliera de la organización de Green Bay, y aunque fue precisamente el derrotado en el juego de campeonato de la Conferencia Nacional el domingo, es desde ya candidato al Salón de la Fama, considerando el título que obtuvo ante los Acereros de Pittsburgh aquella fría jornada en Dallas en el nuevo estadio de los Vaqueros, donde por cierto no se sintió la helada de la noche anterior debido a que el domo estuvo cerrado.
Pero viendo a los protagonistas del Supertazón, en cierta forma ambos quarterbacks irán por la revancha. Patrick Mahomes, después de la dolorosa derrota del año pasado cuando perdieron en tiempo extra ante los Patriotas, y en el caso de Garoppolo, porque esta ha sido realmente su primera temporada completa con San Francisco, luego de la lesión que lo alejó prácticamente toda la campaña pasada, sin olvidar que en la antepasada sólo jugó la mitad de los partidos con los 49ers.
Garoppolo está de alguna forma encadenado a los Jefes de Kansas City, ya que su debut en temporada regular ocurrió la aciaga noche de un lunes en que los Patriotas y Tom Brady fueron apaleados 41-14 en la jornada cuatro de 2014. Esa noche consiguió una de las dos ofensivas ganadoras de la jornada para los de Bill Belichick al completar un pase de 13 yardas con Rob Gronkowski, completando seis de siete pases para 70 yardas.
Luego, cuando salió del equipo de Nueva Inglaterra, a pesar de haber sido el mariscal de más alto rango en el draft que hubieran contratado los Patriotas desde Drew Bledsoe en 1993, pues fue su segunda selección global en 2014, número 64, una vez más los Jefes estarían en su camino, pues el año pasado, durante la semana tres, Garoppolo salió con una lesión en la rodilla luego de haber completado 251 yardas por pase y dos touchdowns, perdiéndose el resto de la campaña. Lo demás ha sido historia.
En menos de dos semanas sabremos quién pudo cobrar su revancha de las circunstancias que siempre hay en el deporte. No olvidar la frase que dice que “las ofensivas venden boletos, pero las defensivas ganan campeonatos…” Ya sabe usted quién es mi favorito...
