El obispo de Tapachula, Chiapas, Jaime Calderón Calderón, criticó la actitud que han adoptado los gobiernos federal y estatal hacia la nueva caravana de migrantes centroamericanos que intenta llegar a Estados Unidos e hizo un llamado a tratarlos como hermanos.

El clérigo expresó que las declaraciones del gobierno de la República y el silencio de la administración local nos muestran que la postura oficial es, como en otras ocasiones, ambigua y titubeante.

El martes 14 de enero partió una caravana de San Pedro Sula, Honduras, y miles de integrantes llegaron este sábado al puente internacional Rodolfo Robles, ubicado sobre el río Suchiate, con la intención de ingresar a territorio nacional.

El viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció empleo para las personas que integran esta columna. Ese mismo día, la Secretaría de Gobernación (SG) puntualizó que los migrantes podrán permanecer en calidad de trabajadores temporales dentro de la zona sur del territorio nacional y quienes soliciten refugio humanitario deberán realizar los trámites correspondientes y comprometerse a permanecer en el sur hasta que sea resuelta su petición.

El desacato motivará las consecuencias previstas en la ley, indicó la dependencia.

Calderón Calderón expresó que no sabemos si los hermanos que vienen en la caravana podrán cruzar la frontera, llegar hasta Tapachula o, incluso, seguir más allá de nuestro estado de Chiapas.

Que no acumulen más sufrimiento

Teniendo en cuenta esta incertidumbre, expresó el religioso en un pronunciamiento, siempre vamos a procurar que, de paso o en una estancia temporal o definitiva en nuestro territorio diocesano, los hermanos migrantes no acumulen más sufrimientos que las inclemencias que de por sí trae consigo un camino largo, tortuoso, accidentado, inseguro y violento.

El prelado solicitó a los feligreses procurar que a los migrantes no les falte un pedazo de pan, no sean violentados ni asaltados; no reciban muestras de rechazo ni desprecio y sientan, pese a las circunstancias tan adversas, que caminan entre hermanos y como hermanos, no como extraños ni aventureros ni delincuentes ni exiliados ni despreciados.