Opinión
Ver día anteriorDomingo 19 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Programa de Fertilizantes en Guerrero: ¡No más de lo mismo!
H

ace 26 años, el gobierno de Rubén Figueroa instauró un programa subsidiado de fertilizante químico, como un negocio redondo: aseguraba ventas para su empresa y transportes, creaba clientela política y salpicaba ingresos a líderes mediante mecanismos profundos de corrupción; además, buena parte del producto se desviaba abiertamente a otros cultivos ilícitos con la complacencia gubernamental. Al paso del tiempo, el uso indiscriminado terminó por casi esterilizar los suelos, además de generar una intoxicación irreversible. Lo único que fertilizó fue el manejo político del voto verde, la creación de liderazgos corruptos así como el paternalismo que pervirtió a muchos campesinos.

Ante ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador desde su campaña anunció que se desmantelaría este esquema y el gobierno federal se haría cargo del programa. Sin embargo, debido a que esta buena intención se instrumentó bajo la vieja estructura corporativa, los resultados, en esta primera operación, fueron desastrosos y la producción decayó en lugar de incrementarse.

He aquí los principales problemas que se presentaron: inexistencia de un padrón confiable, descoordinación interinstitucional, ausencia de acompañamiento técnico, paquetes inadecuados e insuficientes, abasto extemporáneo, distribución inequitativa, elevado costo de operación y altos precios de compra, no se consideró a las autoridades comunitarias, el proveedor fue juez y parte en el mercado, no hubo estímulos para los campesinos que hacen milpa con semillas nativas. En suma, el conflicto social, generado por las irregularidades operativas del programa, fue el distintivo principal del proyecto, y la baja de la producción lograda, acrecentada por el fenómeno de sequía.

A propósito de que ya está enfrente un nuevo ciclo productivo, resulta pertinente poner en el debate público, y en la mesa de trabajo del Presidente de México, la versión campesina (no sólo la versión de los funcionarios y la de los líderes tradicionales) de lo que debería ser el Programa de Fertilizantes.

Los comisariados y las organizaciones productivas son quienes tienen el pulso de lo que acontece en el campo. Precisamente, para que el programa, en 2020, no sea más de lo mismo, este sector se ha empezado a organizar para hacer valer su representación legítima y su roll activo para que los insumos lleguen a los verdaderos agricultores. En tal sentido, a partir de reuniones propias y audiencias de trabajo con funcionarios del gobierno federal, se viene construyendo una propuesta para reorientar y mejorar el programa.

Nos hemos propuesto, en primer lugar, coadyuvar activamente en la operación de este programa de tal suerte que el gobierno federal salga exitoso y los enemigos de la 4T no sigan aprovechando los errores e inexperiencia de los funcionarios asignados a esta tarea. En segundo lugar, nos interesa que realmente se incremente la producción y se garantice la autosuficiencia. Y, en tercer lugar, que de manera paulatina se vaya disminuyendo el uso de agroquímicos, sustituyéndolos por bioinsumos, en el contexto de una estrategia de fomento de la agricultura ecológica. Esto han dicho las autoridades ejidales.

Las propuestas para la reorientación del programa de fertilizantes son las siguientes:

- Instalar una comisión interinstitucional que programe y coordine la operatividad del programa, considerando la corresponsabilidad de las asambleas mediante sus autoridades agrarias.

- Que en las reglas de operación se garantice la entrega de insumos de manera directa, oportuna, suficiente y adecuada al productor.

- Elaborar el padrón de beneficiarios 2020, tomando como base el padrón del Programa de Producción para el Bienestar, más los productores que sean avalados por las asambleas de ejidos y comunidades, y cuyas actas estén registradas en el Registro Agrario Nacional.

- Realizar un estudio de suelo que permita delimitar zonas para que, con base en ello y la convalidación de un comité técnico mixto, se definan los paquetes tecnológicos correspondientes.

- Alinear en un solo fondo los recursos del Programa de Fertilizantes y Producción para el Bienestar para lograr suficiencia presupuestal y ampliar la cobertura a todos los productores de granos básicos.

Establecimiento de 81 biofábricas, que sean operadas por grupos campesinos que tengan experiencia y visión emprendedora en esta actividad.

- Poner en marcha un programa de capacitación campesina que permita dinamizar el uso del fertilizante en un contexto de manejo sustentable del suelo y el agua, asociación y rotación de cultivos, control manual de malezas, y control biológico de plagas y enfermedades.

- Bajo el modelo de escuela campesina, y la metodología De Campesino a Campesino, establecer mil 250 parcelas demostrativas (una en cada ejido y comunidad), para validar los paquetes tecnológicos del programa.

- Deslindar la operación del programa de los partidos políticos y organizaciones campesinas intermediarias.

Estas propuestas son altamente viables y parten de la experiencia directa en campo. En este nuevo ciclo de siembras, ya no se debe permitir que por la irresponsabilidad de funcionarios ineficientes e indolentes, Guerrero vuelva a ser un escenario de rebelión campesina, bloqueos y corrupción. Esperamos que en la cúspide de la 4T se escuchen las propuestas campesinas y regresen a ras de tierra con nuevos actores y nuevas reglas de juego.

Para todo esto, es fundamental modificar las estructuras actuales de la Sader; si los mismos operadores continúan manejando el vehículo, los resultados serán los mismos como ya lo estamos visualizando. Y sólo dejo un dato: de los 107 mil 500 beneficiarios del ex Programa de Apoyo para Productores de Maíz y Frijol, 40 por ciento eran fantasmas cuyo recurso era cobrado por líderes en confabulación con los funcionarios actuales de la Sader.

*Coordinador Estatal del MCPASXXI-GRO