Sábado 18 de enero de 2020, p. 8
Nueva York. Renato Stabile es un discreto integrante del equipo de defensa del ex productor de cine Harvey Weinstein. ¿Su trabajo? Examinar con lupa cada palabra, cada reacción de cientos de potenciales jurados para descartar a aquellos susceptibles de condenar por anticipado a su cliente.
Sus nombres no aparecen en la prensa ni en documentos judiciales, su voz no se escucha en las audiencias. Pero los expertos en jurados, contratados tanto por la defensa como por el acusador, se han vuelto cada vez más importantes en los grandes juicios en Estados Unidos. Su misión es escoger un jurado lo menos desfavorable posible para su cliente.
El oficio fue creado por Jay Schulman en los años 70, pero fue en 1995, en el juicio de OJ Simpson, cuando su importancia saltó a la luz. Contratada por la defensa, la experta en jurados Jo-Ellan Dimitrius tuvo una influencia decisiva en el caso, que terminó con la absolución del ex jugador de futbol americano pese a pruebas abrumadoras en su contra en el asesinato de su ex esposa y de un amigo de ésta.
La selección de los jurados se lleva a cabo en varias etapas. Los convocados son sometidos a cuestionarios escritos y/o orales; luego la defensa y el acusador acuerdan 12 jurados y seis suplentes.
El experto, criminólogo o sicológo, ayuda a redactar los cuestionarios y luego a analizar las respuestas. Pero antes investigan a los posibles jurados en las redes sociales, una mina de oro.
De nuestras orientaciones en cuanto a potenciales jurados, 90 por ciento se deciden antes de la audiencia
, explicó Dimitrius.
Diez por ciento restante depende del cuestionario, pero también de su lenguaje corporal y de la manera en la que interactúan con los abogados
, añadió. Hay que analizar las respuestas y lo que callan.
La sociedad y las opiniones políticas son tantas hoy día que cada vez es más difícil
identificar a jurados imparciales, opinó Dimitrius.
¿Los ricos tienen ventajas?
Para descartar a un jurado indeseable, hay dos posibilidades: la recusación motivada, cuando se pide a un juez que deje de lado a una persona demostrando que no será objetiva, o la recusación determinante, que no requiere explicaciones pero que está limitada a 20 personas para defensa y otras tantas para la acusación.
El jueves, la fiscal del juicio Weinstein, Joan Illuzzi-Orbon, reprochó a la defensa descartar sistemáticamente a mujeres jóvenes en plena era #MeToo.
La factura de un experto en jurados puede alcanzar las siete cifras, según Dimitrius. Por un día de selección de jurados se cobra hasta 10 mil dólares, explicó Noffsinger, quien evalúa el costo de un falso proceso en unos 100 mil dólares.
Utilizados por los fiscales, pero sobre todo por clientes acomodados, ¿contribuyen los expertos a alimentar una justicia a medida de los ricos?
Si hay expertos en ambos lados y están a la altura, al final el jurado será tan justo como sea humanamente posible
, estimó Dimitrius.