18 de enero de 2019 • Número 148 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

estar Comunicadxs


La comunicación indígena supera el uso de los instrumentos de comunicación.

Comunicación indígena, ¿desde dónde y para qué?

Sócrates Vásquez García Comunicador indígena Ayuujk Jääjy

Hemos hablado desde hace varios años del derecho a la comunicación que implica el acceso a la operación, gestión y administración de los medios de comunicación. Es el caso de la Radio Jënpoj, que nace y surge a partir de un proceso de aprendizaje, reapropiación y resignificación del territorio, entendiendo éste como la totalidad de las partes: sin territorio no existe la cultural, la identidad y ésta está estrechamente vinculada a los procesos comunitarios.

Radio Jënpoj retoma experiencias de organización comunitaria en la sierra norte de Oaxaca, a finales de los setentas y principios de los ochenta del siglo pasado. Es a partir de la necesidad de fortalecer la visión de mundo de los pueblos tanto ayuujk como zapoteca que surge esta experiencia radial. Jënpoj entonces es una expresión de experiencias por reconstituir el pueblo ayuujk. Todo empezó cuando un grupo de comuneros, comuneras y jóvenes buscaron la manera de hacerse de un transmisor, sin saber cómo utilizarlo pero con la disposición de ser parte de un proceso que desencadena en la lucha por el reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas a la comunicación, misma que fue violentado el 7 de agosto de 2002 por parte de agentes estatales, iniciando así otra etapa más para que pueblos y comunidades indígenas ejercieran su derecho a la comunicación.

La decisión de ejercer el derecho de nuestros pueblos de administrar, operar y gestionar los medios de comunicación necesariamente pasa por diferenciar qué es lo que estamos entendiendo como el derecho a la comunicación y la comunicación indígena en sí.

Dos grandes elementos que no podríamos terminar de explicar en estas líneas pero que abordamos mencionando una serie de referentes sobre la misma.

El derecho a la comunicación de los pueblos y comunidades pasa por el reconocimiento del derecho al territorio, en palabras de los hermanos Misak, el derecho natural y el derecho mayor, ese derecho para existir y reproducirse como cultura diferente y milenaria. El reconocimiento del derecho al territorio pasa entonces por entender la integralidad del territorio y la relación que tenemos como pueblos, subsuelo, suelo y espacio aéreo. Es este último el que hay que comunalizar: hay que seguir surcando aires para que revivan las lenguas y formas de nombrar el mundo.

Lo segundo ésta íntimamente ligado a lo anterior: la comunicación indígena supera el uso de los instrumentos de comunicación, va más allá del uso de los transmisores, micrófonos, cámaras de video, televisión; retoma aspectos que vinculan con el territorio, muchos de los cuales se han perdido por una serie de relaciones asimétricas; por mencionar algunos, la educación impuesta por el Estado-Nación, las relaciones de poder ejercidas hacia los pueblos indígenas, entendidas como políticas públicas, pasando de instrumentos genocidas de los llamados interculturales, porque siempre los que tienen que cambiar son los pueblos indígenas. Ahora las tecnologías modernas son cada vez más invasivas y sin ningún mecanismo de control para que los pueblos puedan usarlas de acuerdo con sus necesidades de fortalecimiento cultural.


Taller de radios comunitarias, Puebla, octubre de 2015.

La apuesta de la comunicación indígena es recurrir al territorio para volver a marcar la pauta hacia una nueva forma de comunicación, que abarque, entre otros temas, la relación existentes con los demás seres en la naturaleza, las formas de manifestarse de los otros seres como el río, rayo, lluvia, el sol, la luna y demás formas de manifestarse la naturaleza.

Así la comunicación indígena vuelva recurrir a los sueños, a ser sensibles a los mensajes de la naturaleza, a decir lo menos, que está cada vez más atacada y en camino a una catástrofe, nos toca entonces como comunicadores indígenas escuchar a la naturaleza y comunicar el cambio necesario, un cambio de paradigma civilizatorio, porque no solo está en peligro la humanidad, sino que es el sistema de vida que sostiene este planeta y más allá. Ese es el papel del comunicador indígena, escuchar el latido de la tierra para comunicar a los demás, usando los instrumentos de comunicación, que la tierra está hablando urgentemente para que cambiemos el rumbo de esta idea de sociedad, que está demás decirlo, un sistema de muerte disfrazado de progreso y bienestar, fundado en la filosofía de la acumulación y del derroche. •