Viernes 17 de enero de 2020, p. 21
Nueva York. En el Senado se dio lectura a los artículos de impeachment contra Donald Trump, se instaló al jefe de la Suprema Corte, John Roberts, como juez del proceso, y él a su vez tomó juramento a todos los senadores, quienes prometieron actuar por la justicia imparcial
como integrantes del jurado, cumpliendo así con todo el protocolo necesario para que el próximo martes comience el tercer juicio político a un presidente en la historia de Estados Unidos.
Adam Schiff, jefe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, y uno de los siete diputados nombrados para actuar como fiscales en el juicio político, leyó ante el pleno del Senado la resolución de impeachment, incluyendo los cargos formales por abuso de poder y obstrucción al Congreso contra el ocupante de la Casa Blanca.
Esa resolución concluye que la conducta de Trump ha demostrado que el presidente representa una amenaza a la Constitución si se le permite permanecer en su puesto
y que por ello el gobernante “amerita el impeachment y un juicio, la remoción de su puesto, y quedar descalificado para ocupar y gozar de cualquier cargo de honor, confianza o ganancia en Estados Unidos”.
Mientras todo esto ocurría, se divulgó más evidencia sobre los esfuerzos del presidente para presionar al gobierno de Ucrania con la finalidad de influir en la contienda electoral estadunidense a favor de Trump, el cargo principal en este juicio. Y una agencia federal de investigaciones y supervisión gubernamental, la GAO, informó que la decisión de Trump de retener millones en asistencia militar otorgada a Ucrania fue una violación de la ley federal.
Los 99 senadores están comprometidos a permanecer en la cámara alta seis días a la semana durante el juicio que, según líderes legislativos, podría durar entre tres y cinco semanas.