En el Congreso, morenos de piel amarilla
ás que una reunión para acordar asuntos del orden legislativo, o para tratar de hallar soluciones a los problemas que enfrenta el Congreso de la ciudad, se trató de una junta con carácter intimidatorio; una amenaza, dirían algunos.
Se trató de un encuentro o de un encontronazo, como usted lo quiera ver, entre la diputada Valentina Batres y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, donde la primera advirtió en tono de sentencia que el grupo de Morena en el Congreso que ella lidera aceptaría la decisión que la jefa de Gobierno tomara respecto de quién debería coordinar a los morenos en la Cámara local.
Y sí, se comprometió a atender a quien se le recomendara, siempre que ese alguien no fuera el diputado José Luis Rodríguez. Sin hacerlo explícito puso sobre la mesa la suerte de las iniciativa de ley que pudiera enviar al Congreso la gobernante local, apoyada en una tribu minoritaria que busca negociar sus intereses contra el buen destino del gobierno de la ciudad.
Ayer, pasado el mediodía, el diputado José Luis Rodríguez fue llamado al Antiguo Palacio del Ayuntamiento para charlar con Claudia Sheinbaum. No trascendió la plática entre los personajes, pero quienes merodeaban por aquel centro de poder aseguran que el congresista salió de las oficinas del primer piso con un inocultable gesto de satisfacción.
Así las cosas, es muy probable que esta misma semana la coordinación de Morena en el Congreso quede, después de un mes de mantenerse acéfala, formalmente presidida, y aunque lo que se habló en el despacho de la jefa de Gobierno no se sabe con exactitud, lo que se dice en los corrillos del Congreso es que el gobierno no meterá las manos y que será el peso del trabajo de cualquiera de los dos aspirantes el que defina el liderazgo.
La que parece una salomónica decisión de la jefa de Gobierno parecería ser el peso que defina la situación, porque de todos es sabido que Rodríguez mantiene la mayoría de la fracción y eso, junto con la voluntad aún no expresada de algunos diputados que votarán a favor o bien se abstendrán, dará el triunfo al diputado electo por un distrito de la alcaldía de Cuauhtémoc.
El desenlace de este show, montado por quienes siguen trabajando con mentalidad amarilla, será dentro de muy poco; ojalá nadie salga con heridas profundas, de esas que tardan una legislatura en sanar. Ojalá.
De pasadita
Vaya dolor el que ha causado la puesta en marcha del nuevo instituto para la salud. Las críticas a las deficiencias del nuevo organismo, que se exhiben casi por todos lados, no quieren reconocer ni el robo de recursos durante la vida del Seguro Popular ni su ineficiencia, ¿o será por el buen trabajo de los servicios públicos de salud que los hospitales de la iniciativa privada crecieron y crecieron durante los pasados 18 años del periodo neoliberal con éxito desorbitante? ¿Será por eso?
¿Habrá quien niegue que las medicinas escaseaban desde hace años? ¿Existe alguien que nos pueda decir que nunca se enteró de que un enfermo murió acostado en una camilla aguardando por un médico que se compadeciera de su situación? ¿O que pasó horas en el suelo de un hospital en espera de ser atendido? ¿Será pura ficción eso de que la siguiente consulta se otorgaba meses después de la primera? ¿Será que nadie se acuerda de lo que se les cobraba por ser atendidos en hospitales como Cardiología o Nutrición? El desastre es un factor que niegan quienes han perdido el negocio. Basta.