Advierten: no hay medidas para frenar crecimiento poblacional y consumo
Miércoles 15 de enero de 2020, p. 37
Los incendios en Australia deben ser una alerta para que México cuente con una política ambiental explícita que contemple los riesgos del cambio climático y la pérdida de la diversidad biológica, señalaron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Más de nueve millones de hectáreas quemadas; más de mil millones de animales muertos (mamíferos, aves, reptiles y anfibios), cifra equivalente a un séptimo de la población humana; y billones de insectos e invertebrados desaparecidos, son resultado de los incendios.
Aunque no se han logrado evaluar de manera integral los daños por esta catástrofe, se estima un impacto severo a la salud humana, cambios en el clima global, en las corrientes marinas, y repercusión en los hábitos y cadenas alimentarias, expusieron en una conferencia de prensa investigadores del Instituto de Ecología (IE) y de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ).
“El cambio climático ha alcanzado ya niveles que amenazan a corto plazo la diversidad biológica del planeta y el futuro de la humanidad.
Sabemos qué se tiene que hacer: parar el crecimiento de la población humana, reducir el consumo excesivo, las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar la extinción de especies, por desgracia no se está haciendo”, alertó Gerardo Ceballos, investigador del IE. Es imperativo presionar a los gobiernos, corporaciones y organismos internacionales para que actúen, porque la ventana de oportunidad es muy pequeña, de 10 a 20 años, dijo.
Rafael Ojeda, académico de la FMVZ, subrayó que se habían contabilizado los 18 meses más secos en la historia australiana, además de una baja en la humedad relativa, por lo que había una gran vulnerabilidad de los ecosistemas.
“Es lamentable, pero aún no se ha llegado ni a la mitad de la temporada convencional de incendios, y más de 10 por ciento de los instrumentos de monitoreo en la zona se han perdido con las llamas, por lo que el riesgo aún es alto y los consecuencias aún no se calculan.
Hay que esperar a la capacidad regenerativa del entorno, aunque podría ser que algunas especies ya estén extintas
, reconoció.