Madrid. Los 22 ministros del nuevo gobierno de España rindieron protesta ayer en una breve ceremonia presidida por el rey Felipe VI. Los funcionarios forman parte de una coalición de centroizquierda encabezada por el socialista Pedro Sánchez, tras décadas de dominio de dos grandes partidos que se alternaban en el poder en España.

Todos juraron lealtad al rey y guardar y hacer guardar la Constitución, en un acto que formalizó el inicio del gobierno dirigido por Sánchez, y que cuenta con cinco ministros del partido antiausteridad Unidas Podemos (UP).

Pablo Iglesias, líder de UP y uno de los cuatro vicepresidentes del nuevo y numeroso gobierno, afirmó que trabajará para que rija en España el constitucionalismo democrático y luchará por garantizar, blindar y ampliar los derechos sociales. Su pareja, Irene Montero, es la ministra de Igualdad.

Sánchez marcó como objetivos de su gabinete alcanzar reformas sociales, crecimiento económico sólido y dialogar con los independentistas en la región nororiental de Cataluña, aunque recibió críticas por designar a Dolores Delgado al frente de la fiscalía general del Estado, dado que se desempeñaba como ministra de Justicia, lo que sus detractores consideran que compromete la apariencia de imparcialidad del Ministerio Público. El líder del derechista Partido Popular, Pablo Casado, afirmó que recurrirá el nombramiento.

En tanto, el líder independentista catalán, Carles Puigdemont, logró integrarse a la Eurocámara como diputado, aunque aún enfrenta el retiro de inmunidad que ha solicitado un tribunal español.

Casi ocho meses después de su elección, Puigdemont y su ex consejero Toni Comín, cuyas extradiciones reclama España por el intento de secesión de 2017, lograron su objetivo, pero no fue el caso del dirigente Oriol Junqueras, condenado por estos hechos a 13 años de prisión.

España, Estado miembro de la Unión Europea, no respeta las reglas del estado de derecho, acusó Puigdemont en el recinto de la Eurocámara en Estrasburgo.

El jefe de la Eurocámara, David Sassoli, no reconoció como diputado a Junqueras, pero sí a Comín y a Puigdemont.

Tenemos inmunidad no sólo en Francia; también en España, y si no se respeta esta inmunidad, eso querrá decir de nuevo que Europa comienza en los Pirineos, sostuvo Puigdemont, en referencia a la orden de detención vigente que enfrenta en territorio español.

El vocero de la Eurocámara, Jaume Duch, confirmó la recepción de pedido de la justicia española para levantar la inmunidad a Puigdemont y Comín. Cuando Sassoli lo comunique al pleno comenzará el proceso de debate que suele llevar semanas e incluso meses.

Si al término la mayoría de la Eurocámara decide retirar la inmunidad, la justicia belga podría continuar con el examen de las solicitudes de extradición cursadas por España contra Puigdemont y Comín, quienes se marcharon a Bélgica en 2017 para evadir la acción de la justicia.