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Desde otras ciudades

Cerca de Hanoi hay una isla donde sólo acuden hombres que no deben utilizar ropa

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▲ No es la película mexicana ni el libro sobre la cárcel tica, difícil de creer para la forma de pensar de los asiáticos, pero en Vietnam los hombres gustan andar en cueros.Foto Afp
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l puente de Long Bien es uno de los lugares más fotografiados por los turistas en Hanoi, la capital de Vietnam. Esta construcción de acero, que permite el paso de automóviles y trenes sobre el río Rojo, une el casco antiguo de la ciudad con un barrio en la ribera oeste y, además, ofrece acceso a un islote que muchos denominan sencillamente la isla de los Plátanos.

Al llegar a Bai Giua, el nombre oficial de este terreno lleno de vegetación que se alza en medio del río, se puede constatar que los nudistas han conseguido hacerse aquí un refugio.

Quítese toda la ropa, dice un hombre mayor completamente desnudo. No se trata de una orden, sino de una amable invitación. El desnudo no es obligatorio en la isla, es una opción que no se puede encontrar en ningún otro lugar de Vietnam.

Este islote, de unos siete kilómetros de largo, suele inundarse durante la época de las lluvias monzónicas. Esa es una de las razones por la que las autoridades consideran a Bai Giua una tierra de nadie: la isla no puede ser urbanizada. La policía ni se deja caer por allí y los hombres, que a diario acuden, pueden estar desnudos a su aire. En este refugio nudista sólo se ve a hombres de todas las edades y clases sociales. Y no gusta nada ver a mujeres por allí.

Aquí tan sólo hay hombres, por eso no hay nada de lo que avergonzarse, asegura uno de los nudistas. De todas formas, agrega, las mujeres vietnamitas no se atreven a ir desnudas, tienen que buscarse su propio refugio.

En algunas culturas del lejano oriente puede que haya espacio para el cuerpo desnudo, como en ritual del onsen en Japón –los baños de aguas termales de origen volcánico– o también en las casas de ducha tradicionales en Corea del Sur. Pero en Vietnam, un país comunista de partido único, uno no se expone desnudo, al menos en público.

Al parecer los primeros hombres acudieron a la isla a bañarse hace 40 años, cuando los lagos de la ciudad comenzaron a estar sucios por la contaminación. Y eso que el río Rojo no tiene agua especialmente limpia.

En las riberas se amontona la basura y a su caudal van a parar las aguas residuales de los campos del sur de China, situados cientos de kilómetros más al norte, donde nace el río. Según un informe del Ministerio de Medio Ambiente, también acaban en los ríos y lagos grandes cantidades de aguas residuales sin filtrar.

Pero a estos nadadores nudistas parece importarles poco todo eso. El propio río se filtra continuamente, asegura Ahn Du, de 57 años. Yo nado aquí desde hace 10 años. Aquí nadamos para dar la bienvenida al Año Nuevo. Cientos de personas vienen para esa ocasión. Du asegura que nadie ha enfermado por esa agua.

Dpa