Pedirle a Dios otra década
l amanecer del último día del año tuve un sueño rarísimo: acudía a un podio donde estaba Dios y un grupo de santos. Dios parecía un hombre de 65 años, de mirada profunda y bondadosa, recién bañado, afeitado y peluqueado, se cubría con una capa verde. La corte que lo acompañaba no inspiraba santidad, sino un tufo a cerveza, propio de esta época del año. Los santos lucían excesivamente humanos, casi rufianes, con las miradas perdidas y un poco tambaleantes.
Me sorprendió la entrevista porque yo no creo en un Dios personal, sino más bien en el Dios de Spinoza, Einstein y Teilhard de Chardin, un Dios abstracto y omnipresente. Pero en aquel sueño creí que aquel dios era Dios y le pedí enfáticamente: ¡Dame una década más de vida! Los santos estallaron en alegre carcajada, Dios sonrió benévolo e irónico, y me preguntó: ¿Para qué quieres, a los 82 años, otra década? No supe qué contestarle y desperté.
Yo pienso que la razón para pedir tiempo extra es porque mis amigos me han dicho que habrá maravillas la próxima década y no pienso perdérmelas. Por ejemplo, me encantaría ver cómo a través de aplicaciones móviles se encuentra a la pareja perfecta; si la robótica desplazará a los trabajadores ¿cómo serán las resistencias humanas contra los robots? ¿Los robots iniciarán, basados en su inteligencia artificial, una rebelión?; quiero ver si van a crear muñecas humanizadas para adultos, como lo profetizó Juan José Arreola (Plastisex). ¿A qué se referirán cuando dicen que las comunicaciones se harán mil veces más rápidas?
¿Cuáles serán los inventos, eventos, ideas y los descubrimientos inesperados que harán fracasar los pronósticos que hacen los futurólogos? ¿Qué sucederá cuando hayan desaparecido las enfermedades más asesinas como el cáncer o las degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson? ¿Llegaremos a edades matusalénicas? ¿Atisbaremos la eternidad? ¿Cómo se podrá establecer una ética para impedir que la perversidad de ciertas élites manipulen a la humanidad total o parcialmente? ¿Cómo influirá la neurociencia en la conducta humana? ¿Desaparecerá la neurosis y la depresión? Me gustaría confirmar que la democracia finalmente se estableció en México y que la desigualdad ha empezado a reducirse. Para saber cómo salen los pronósticos vale la pena vivir otra década.
Colaboró Meredith González.